Andy Kusnetzoff rompió en llanto al aire de Perros de la calle (Urbana Play) y, por unos minutos, no pudo continuar al frente de su programa.
Todo comenzó cuando Leonardo, un hombre sin trabajo, se acercó hasta la puerta de la radio para pedir ayuda en su búsqueda laboral. “Estoy sin laburo, pero mi señora trabaja. Vamos tirando con eso”, dijo esta persona que se ofreció para hacer tareas en un taller mecánico como “sacabollos”.
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Al conocer la historia de Leonardo, Gabriel Rolón dijo: “No es lo mismo un número que un ser humano, ¿no?”.
“No es lo mismo decir, hay 200 mil desocupados, digo por decir un número cualquiera, que estar enfrente de un ser humano. Le ves los ojos, le escuchás la voz, le ves la actitud. Es decir, ‘Leo no tiene trabajo, no es un número’. Y yo creo que justamente a veces las estadísticas desubjetivan, por eso se vuelven peligrosas, porque uno internaliza un número y cada uno de esos números es una historia, es una familia, es un nombre”, sostuvo reflexivo.
Kusnetzoff, que venía conmovido desde el ingreso de Leonardo al estudio, relacionó “la historia detrás del número” con una situación actual del país: la lucha y el pedido de ayuda de las familias que tienen un familiar con discapacidad.
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Al aire de su programa, Andy Kusnetzoff se puso en el lugar de aquellos que tienen un familiar con discapacidad. “Imaginate alguien con un hijo, con un hermano, con alguien que necesita un montón de atención, de terapias especiales, de integración en el colegio, un montón de cosas y esos padres se desviven solamente para tratar de que tenga una vida un poco más fácil alguien que nació con una discapacidad”, afirmó.
“Entonces, cuando hablamos de eso y vos hablás con cero empatía diciendo ‘bueno, yo no puedo hacer nada, eso es del Estado’. (...) Eso no es la grieta, eso no son ‘los kukas’. Eso es tener en cuenta lo importante que es nuestro país y el orgullo que nos da tener nuestra educación pública, tener nuestros hospitales públicos para la gente que no tiene una obra social, no puede ir a ningún lado y la gente con discapacidad. Ojalá no te pase, porque la vida es más fácil si no tenés discapacidad”, continuó con la voz quebrada.
Y, al borde de las lágrimas, agregó: “Es mucho más difícil tener alguien con discapacidad y tener que ocuparte toda tu vida de eso”. “Y el día de mañana, cuando sea grande, esta persona que creció por ahí con discapacidad, decís ‘no sé cómo se la va a arreglar cuando yo no esté’”, sostuvo, antes de quebrarse completamente.
El conductor no pudo continuar hablando. “Perdón, me angustié”, se disculpó tras permanecer un minuto callado.