Apostar a más. Tirarse a la pileta. Transformarse. Estas tres definiciones sirven para definir lo que pasa en la obra Agotados, pero también por lo que está transitando su protagonista. Como un espejo del personaje principal de la lista de 40 voces que hace en escena en su unipersonal, Ariel Staltari también pone fichas en convertirse en algo más que una figura que acompaña al resto.
Desde su personaje de Walter en Okupas, hasta sus participaciones en Un gallo para Esculapio y El Eternauta, Staltari siempre redondeó grandes roles secundarios que siguen teniendo repercusión incluso cuando en algunos casos hace muchos años que dejó de hacerlos.
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En el presente, su increíble transmutación en 40 personajes diferentes dentro de su unipersonal Agotados lo ubican en un lugar central por primera vez. La obra, delirante y reflexiva a la vez, es un muestreo de toda la plasticidad a la que puede llegar Staltari.

Durante una charla con TN Show, el actor repasó acerca de cómo aborda todo ese universo, recordó su pasado en Okupas, habló sobre el futuro de El Eternauta y reflexionó acerca de su intensidad para hacer ficción. “Si no actúo, me muero”, sentenció.
De qué se trata Agotados, el unipersonal de Ariel Staltari
La puesta de Agotados del Paseo La Plaza está dirigida por Pablo Fábregas que adapta al gusto argentino a la comedia de Becky Mode y Mark Setlock Fully Committed que triunfó en Broadway. En los Estados Unidos el rol de Ariel Staltari lo hizo Jesse Tyler Ferguson, famoso por Modern Family.
Staltari despliega una cantidad inimaginable de recursos técnicos personales como voces, tonos, guiños, gestos e histrionismo en una velocidad que, por momentos, es apabullante, para componer a los 40 personajes que interpreta.
Todo eso lo hace para meterse en la vida de un actor al que no se le da la oportunidad que necesita, mientras trabaja para sobrevivir en la atención de un restaurante muy exclusivo de Buenos Aires que siempre tiene todas las mesas ocupadas.

Cómica, explosiva, delirante, pero también reflexiva, profunda e intensa, Agotados toca temas relacionados con las oportunidades perdidas y las posibilidades que no hay que dejar pasar en un mundo muy difícil.
“¿De dónde sacás la energía para tantos personajes?“, buscó saber TN Show. ”De mis ganas tremendas de jugar y mostrar mi potencial como actor. De esa angustia que supe acumular con el paso del tiempo al no poder mostrar lo que yo soy. Soy una persona que si no actúa se muere", lanzó.
Staltari aseguró que como los tiempos de las ficciones muchas veces se dilatan entre cada rodaje y los estrenos que hay, necesita expresarse en el escenario. “Si espero esos tiempos, otra vez me vuelvo a ahogar, me vuelvo a asfixiar. Entonces dije que la próxima que estrenara lo que sea iba a hacer una obra de teatro que me permitiera seguir jugando en ese mientras tanto”, consideró.
La increíble transformación de Ariel Staltari en el escenario
Ariel Staltari se desarma todo el tiempo en el escenario. Para poner la voz de los diferentes personajes con los que el protagonista habla por teléfono, su rictus corporal cambia constantemente.
Por eso, el actor aseguró que plasmar de manera óptima la obra le llevó, incluso, tiempo de la puesta frente al público. “Conforme pasaron las primeras funciones, ya empecé a crecer y le encuentro cosas nuevas. La vivo, la transito, y la disfruto”, comentó.
En ese devenir cómico, a su vez, hay un punto que es para reflexionar. “En esta adaptación le encontramos una curva dramática, a pesar de tanto vértigo y frenesí. Pudimos anclarlo en lo afectivo con la cuestión del padre, de la ausencia familiar, del hermano. Entonces, eso, aunque no quieras, esos llamados de tanto en tanto, a mí me van moviendo una estructura por dentro”, opinó.

Es en este punto en el que Staltari aseguró que puede llegar “con toda la energía para poder explotar y quebrarse”. “Luego está el camino a la actuación, que es el recorrido de mi vida”, consideró.
El protagonista siente que su existencia está de alguna manera reflejada en ese rol por todas las circunstancias que vivió a lo largo de su carrera, que no fue fácil. “A lo largo del tiempo, muchas veces me quería ir de este mundo artístico y dedicarme a otra cosa. En esas horas inciertas, siempre había alguien en la calle que me levantaba el ánimo al decirme gracias, o que lindo por eso o por aquello”, recordó.
Para el actor “hay alguna fibra íntima” que se le mueve en cada función. “Hay algo que me resuena por todos lados porque yo le puse el cuerpo a todas esas problemáticas”, agregó.
El recuerdo de Okupas y la dura historia de vida de Ariel Staltari
No hay dudas de que a Ariel Staltari se le tiene mucho cariño por el rol de Walter, el rolinga de Okupas. La miniserie que encabezó Rodrigo de la Serna fue una bisagra en su vida, como también lo fueron las situaciones complicadas que atravesó.
Además de superar un cáncer, Vito, uno de los hijos de Staltari, nació sietemesino y sufrió horas difíciles durante las primeras horas de su existencia. El actor analizó aquellas experiencias al límite desde este presente totalmente distinto.
“Espero que no me pasen más cosas extremas, porque siempre me llevaron al fleje. Es como que siempre fui al fleje mal. Tuve la suerte, la fortaleza, la bendición o algo energético que me fue protegiendo de poder sobrellevar esas situaciones. De poder bancarme el proceso por sobre todas las cosas y salir siempre de buena manera”, analizó.
El protagonista de Agotados comentó que no tiene ninguna clase de resentimiento en el presente, pero sí “algunas heridas” que “a veces vuelven”. “Por lo general están cicatrizadas, pero es inevitable que alguna huella te quede marcada para siempre, por ejemplo, el sentido de la finitud de la vida. Es tedioso convivir con eso”, reflexionó.

TN Show le preguntó si creía que de todas esas experiencias negativas les saca provecho para sus interpretaciones. “Las tengo más que nada para quitarle seriedad y solemnidad a las cosas que hago. Como diciendo, ‘pará que esto no es tan importante’“, sintetizó.
Sobre Okupas, Staltari opinó que en el presente, al pasarse la serie en el streaming, hay una “resignificación” de su trabajo. “Antes había pegado, pero era más equilibrado con respecto al resto. Ahora como que impuso algo icónico ese baile que hace. Me llama poderosamente la atención”, expuso, asombrado.
La pregunta del final tiene que ver con su vida, pero también está relacionada con lo que le pasa al joven que interpreta en su obra: cómo son sus próximos sueños.
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“Me mantengo y vivo por mis sueños. Es lo que me da el impulso de levantarme todas las mañanas. Quiero empezar a hacer cabeza de equipo también. Siempre fue el personaje que acompaña, el que es periférico. Pero tuve trascendencia como si hubiese sido principal. Tengo ganas de llevar adelante la trama de la historia”, cerró, con firmeza, para seguir transformándose.