Después del hallazgo de huesos humanos en una casa de Coghlan en la que vivió Gustavo Cerati durante dos años, la Justicia trabaja para determinar qué pudo haber pasado.
En ese contexto, al aire de TN Central, el periodista Rodrigo Alegre mostró las fotos de los restos óseos humanos que encontraron en el lugar tras la demolición de la casona, previo a la construcción de un edificio.
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En las imágenes se pueden ver piezas dentales, los restos de los huesos, un reloj Casio y la suela de un zapato o zapatilla.
En diálogo con TN Show, fuentes cercanas a la investigación explicaron que crece la hipótesis de un posible asesinato y las miradas se posan sobre una familia vecina, que habita al lado de la casona en la que residió el músico, desde los 70.
“El hecho de enterrar a una persona por fuera del sistema legal es un delito. Nadie entierra a nadie en el fondo de su casa, salvo una cuestión extraña. En una casa en la mitad de la ciudad, en el año 90... es raro”, dijeron personas allegadas al fiscal Martín López Perrando, quien está a cargo del caso.
La única persona que vive en la casa de al lado es una señora de unos 90 años que tiene dos hijos: la mujer vive en el interior, mientras que el varón tiene domicilio a pocos metros de distancia. Vale recordar que los huesos fueron encontrados en la medianera con el edificio de al lado a la casona demolida y el chalet que está en la mira.
Por el momento, el fiscal espera los resultados sobre los análisis a las piezas halladas y un registro de quienes vivieron a lo largo de los años en las propiedades vecinas.
Por qué hubo un giro en la investigación de los huesos encontrados en una casa donde vivió Gustavo Cerati
A más de un mes del hallazgo de huesos humanos en una casa del barrio de Coghlan donde vivió Gustavo Cerati entre 2001 y 2003, aparecieron nuevas pistas que dieron un giro a la investigación.
Fuentes del caso le contaron a este medio que, ahora, el foco está puesto en el reloj digital con calculadora que encontraron junto a los restos óseos en la fosa de 1,20 metros de largo, 60 centímetros de ancho y 40 de profundidad hecha en la medianera de la casona de Avenida Congreso al 3700.
Se trata de un reloj calculadora marca Casio, modelo CA-90, lanzado al mercado entre 1981 y 1982, pero que no llegó a la Argentina hasta 10 años después.
“Ese reloj fue vendido en el país en 1992. Por el número de serie tenemos cuándo se vendió y otros datos, con lo cual, ese reloj nunca pudo estar ahí antes de 1992. Suponiendo que el día que lo compró, lo enterraron, la fecha es del 92 para acá”, indicaron fuentes de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº61, a cargo de la investigación.
