Martín Piroyansky es uno de esos actores que comienzan su carrera en forma discreta y la continúan sin pausa, cada vez más sólida. Desde Sofacama (2006) donde trabajó con Cecilia Roth, la muy popular Cara de queso del mismo año, El frasco (2008), Mi primera boda (2011) de Ariel Winograd con Natalia Oreiro y Daniel Hendler, sin pausa Piroyansky hace cortos, aporta la voz en películas animadas, prácticamente todos los años está presente en una producción.
Por supuesto había hecho teatro antes de entrar en el mundo del cine y la televisión, pero el grupo con el que generaba los espectáculos se disolvió y las propuestas que tuvo en adelante no lo tentaron. Ya estaba todo escrito y definido, no era su estilo sobre el escenario.
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En televisión hizo más o menos todo: Perdona nuestros pecados, Campeones de la vida, Mosca & Smith, Socias, La niñera, Impostores, imposible nombrar todos los programas, pero su figura ahora se destacaba y se reconocía.
Ya sumergido en la industria, hacia 2010 comenzó a dirigir e incluso producir. En primer lugar hizo un corto, No me ama, escrito y dirigido por él. Abril en Nueva York se filmó en Estados Unidos; es un largometraje escrito, dirigido y coproducido por él que se presentó en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata de 2012, y luego en cines. Hizo varias películas más, como director, productor y a veces solo como guionista.
Ya reconocido en el ambiente y por el público, se volvió notablemente popular con la serie Porno y helado, que se transmitió -y se transmite- en lo que Piroyansky llama “la burbuja de las plataformas”. La serie tiene mucho éxito y también ha sido muy discutida. Trabaja con una clase de humor disparatado que se toma el pelo a sí mismo, a las series y en un punto al mundo de la música.
Esos dos muchachos que no tienen mejor programa para el fin de semana que juntarse a ver porno y tomar helado, que toman café en una esquina cualquiera de Buenos Aires, esa niña que no le teme a nada y menos a la ley, van a construir una historia con las situaciones porteñas más absurdas, sorprendentes, divertidas.
Martín Piroyansky utiliza elementos de la coyuntura o no; inventa tribus urbanas si el argumento se lo pide o rinde homenaje a ciertas películas. Además de actor, guionista, productor y director, es camarógrafo, sonidista, iluminador, coreógrafo y diseñador gráfico. Le gusta el cine, le gusta todo.
