Durante años, Matías Camisani eligió el silencio. El músico, actor y exmodelo mantuvo un perfil bajísimo, incluso cuando los medios hablaban por él. Pero ahora, a casi seis años de su separación de Dolores Barreiro, madre de sus cinco hijos y su compañera durante más de dos décadas, decidió hablar.
En la actualidad, Matías Camisani se encuentra en India y, en algunas oportunidades en Nepal, dando un giro a su vida y alejado de los reflectores. Ene se sentido, muestra diversas imágenes en su cuenta de Instagram, donde se lo ve en distintas ciudades indias.
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Asimismo, realiza dibujos con motivos orientales, en referencia a su viaje a India y lo que penetró en su ser. En ese sentido, mostró una foto de su nuevo emprendimiento, en la que dos de sus hijos posan con indumentaria. “Felicidad por este nuevo proyecto: remeras con mis dibujos”, escribió en una publicación.

En tanto, la periodista Naiara Vecchio dio detalles sobre el presente amoroso de Matías Camisani y reveló que su actual pareja es una artista plástica, docente vinculada a la educación alternativa y con un fuerte interés por la alimentación saludable. Además, destacó que practica meditación, suele viajar a la India y mantiene una excelente relación con el músico.
Matías Camisani y su nueva vida
Una de sus últimas apariciones públicas fue en una entrevista con el programa Intrusos de América, en la que el músico rompió el silencio sobre los conflictos económicos que le atribuyeron tras la separación con Barreiro, ocurrida en 2019. “No es cierto, nunca tuvimos ese tipo de conversación con Dolores. La casa es de ella y de mis cinco hijos”, afirmó de manera tajante, refiriéndose al supuesto pedido de construir una nueva vivienda familiar.
Camisani también desmintió haber iniciado demandas económicas contra su exesposa, afirmando que “es todo mentira” y que él no está interesado en alimentar falsas versiones: “No voy a sumarme a desmentir ni a mentir. Habría que preguntarles a los que inventan porque nunca dan la cara”.

Las declaraciones no pasaron desapercibidas. Representaron un antes y un después en la vida pública de Camisani, quien hasta ahora había optado por mantenerse al margen del escándalo mediático. Su aparición en el estreno de Blondi, la película dirigida y protagonizada por Dolores Fonzi, marcó otro indicio de este cambio de actitud.
Allí no solo se mostró distendido y amable con la prensa, sino que celebró con orgullo su breve participación en la cinta. “Es un lujo para mí estar entre estos actores de primera”, comentó, dejando ver un costado entusiasta y profesional que muchos habían olvidado.
La transformación de Camisani no es solo comunicacional. También es emocional. “Como toda separación, fue dolorosa, más con cinco hijos de por medio”, reconoció. Pero agregó que con el tiempo lograron construir una relación saludable: “Ahora estamos muy bien”. Sus palabras no solo revelan una madurez en el vínculo con Barreiro, sino también una apertura poco habitual en figuras que históricamente prefieren evitar el ojo público.

Pero quizá lo más contundente de su testimonio fue la defensa de su propia imagen. Ante quienes lo tildaron de “vago” o “vividor”, Camisani fue directo: “La gente que me conoce nunca me diría ni que soy un vividor ni que soy un vago”. Con esa frase, el artista no solo enfrentó años de prejuicios, sino que reafirmó una identidad personal que se distancia del personaje que muchos construyeron en los medios.
Este giro en su actitud mediática parece responder a una necesidad de cerrar etapas. Camisani no solo desmiente rumores: también redefine su lugar como padre, como artista y como figura pública. Mientras algunos portales continúan alimentando una narrativa conflictiva, él se muestra centrado, sereno y dispuesto a aclarar lo necesario para proteger su integridad y la de su familia.
La historia entre Matías Camisani y Dolores Barreiro fue una de las más emblemáticas de los años noventa y dos mil en el mundo del espectáculo argentino. Juntos, formaron una familia con cinco hijos: Valentino, Salvador, Milo, Suria e Indra. Su separación fue dolorosa, pero el tiempo y la voluntad de ambos permitieron reconstruir un vínculo funcional y respetuoso.
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Ahora, con una renovada presencia mediática y un discurso claro, Camisani parece dar vuelta la página. Su participación en cine, su voluntad de aclarar versiones falsas y su firme defensa de su nombre muestran a un hombre que decidió dejar atrás el silencio para contar su propia versión.
En una era donde las redes y los medios suelen imponer relatos, Matías Camisani eligió la paz del exterior. Y al hacerlo, mostró que su cambio fue radical.