Rodrigo Fernández Rumi tenía apenas 18 años cuando ingresó a Gran Hermano, sin saber que desde ese momento su vida cambiaría para siempre. Tras consagrarse campeón de la edición 2011-2012 del reality, apostó por su gran pasión: la actuación. Así fue que, tras varios años de esfuerzo, llegó formar parte de una serie de Disney.
Nació en Victoria, Entre Ríos, pero viajó varias veces a Buenos Aires durante su adolescencia para presentarse a diferentes castings. Sin embargo, nunca quedaba entre los seleccionados. Finalmente, a los 17 años, decidió instalarse definitivamente en Capital Federal para estudiar la carrera de Arquitectura, aunque luego se pasó a Diseño.

Muy poco tiempo después, se enteró de que las inscripciones para Gran Hermano estaban abiertas y no dudó en anotarse. “Me anoté con mucha ilusión y empecé a pasar de instancias, hasta que me notificaron que iba a entrar a la casa. Ahí fue cuando entendí que podía lograr algo por mí mismo”, recordó en una entrevista con TN Show.
Para entonces, el reality tenía una gran audiencia, dado que se trataba de la edición que le seguía a la que protagonizó Cristian U, el jugador más icónico que pasó por la casa más famosa del mundo. Con los 750 mil pesos del premio, se compró un monoambiente en Palermo que aún conserva.
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Asimismo, hizo teatro, un programa de radio y participó en la serie Señales, que en la Argentina se emitió en la TV Pública entre 2013 y 2014 y se distribuyó en Italia e Israel. “Peter Lanzani no sabía mi nombre, pero me reconocía y me saludaba cuando me veía”, comentó respecto de su ídolo, para graficar su fama.
El olvido tras Gran Hermano: de una granja en Suiza a ser mesero en Los Ángeles
Sin embargo, su nombre rápidamente comenzó a quedar en el olvido y los flashes empezaron a apagarse. Entonces, viajó a Suiza para visitar a una familia amiga. Rápidamente sus planes cambiaron: lo que iban a ser dos semanas pasaron a ser seis meses. Es que la tía de su amigo puso un aviso de trabajo en el diario y así fue que tuvo diferentes empleos: desde una granja hasta ayudar a gente con sus mudanzas a cambio de 25 dólares la hora.

En 2016, armó las valijas rumbo a Los Ángeles, California, para probar suerte. Gracias a su paso por gran hermano, consiguió extender su visa de turista con una visa de “talento extraordinario”. Mientras trabajaba como mesero, un empleo que mantendría durante tres años, aprovechaba para tomar clases de actuación y estudiar inglés. Estuvo varios meses en un restaurante de Studio City, donde conoció a celebridades como Miley Cyrus y Mila Kunis.
El regreso de Rodrigo Fernández Rumi a la televisión: el contacto de Disney y su propia serie
El esfuerzo dio sus frutos: lo contactaron desde Disney Latinoamérica, luego de que su perfil quedara archivado tras un casting para Topa al que no había quedado. Así fue que interpretó a Marcos Golden, el villano de la serie Bia. Ese fue su relanzamiento en el mundo del espectáculo, lo que le sirvió para volver a posicionar su nombre en la televisión.

Luego pasó a formar parte de L-POP, una ficción que sigue a una fanática del K-Pop. En esa serie hace de galán, a pesar de que años atrás nunca se hubiese imaginado en ese rol. "Me gusta hacer reír, es lo que más me gusta y funciona. Lo sexy no es lo mío. Si algún día trabajo de galán, significa que es clarísimo un personaje", le había dicho a TN en 2016.
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La segunda temporada de L-POP ya está grabada y solo se espera por su estreno, que iba a ser en septiembre de 2024, pero finalmente se retrasó. En la descripción de la cuenta de Instagram de Rodrigo Fernández Rumi, que cuenta con casi 650 mil seguidores, se lee: “L-POP2025″. Además, tiene como locación Madrid, una ciudad a la que deseaba mudarse desde hacía mucho tiempo, según contó él mismo en entrevistas.