La vida de Luifa Galesio cambió para siempre cuando ganó Gran Hermano en 2016. Dejó de ser un ignoto delantero que luchaba por tener un lugar en el fútbol grande y pasó a ser una de las caras famosas de la televisión. Sin embargo, él sentía que su aspiración no era ser parte del mundo del espectáculo y se cansó de ganarse la vida haciendo “presencias” en discotecas o fiestas.
Esa fuerte motivación interna lo llevó a dejar atrás su etapa como mediático y abocarse a cumplir su sueño de jugar en primera. Le costó mucho trabajo reinsertarse en el ámbito deportivo porque lo perseguía el estigma de ser “el pibe que ganó Gran Hermano”. Sin embargo, ahora brilla como futbolista en Italia y está orgulloso de las decisiones que tomó.
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Las fanáticas de este gran protagonista del reality de Telefe se preguntan cómo está hoy Luifa Galesio porque dejó de aparecer en el radar de los medios tras su decisión de alejarse de la farándula y dedicarse al fútbol. Lo cierto es que el cordobés nacido en Morteros hace 32 años vive en Teramo y es el goleador del equipo de la ciudad, que está segundo en la Serie D del Calcio.
El delantero que soñaba con jugar en Belgrano de Córdoba, el club de sus amores, confiesa que tuvo que luchar contra los prejuicios desde que ganó Gran Hermano, porque todos lo rotulan como “el pibe del reality”. Sin embargo, en base a esfuerzo y talento consiguió imponerse y triunfar en el fútbol.
Cuenta que tras esa inolvidable experiencia en televisión dio una prueba en Arsenal de Sarandí, en la que metió tres goles, pero sin embargo no lo ficharon. “Sentí que en la Argentina nunca me iba a poder sacar el rótulo de la frente”, dice Luifa, que por eso tomó la decisión de buscar otros horizontes.
Luifa Galesio: de Gran Hermano a hacer 40 goles en una temporada
Con 40 goles convertidos en la temporada 2021, con la camiseta de Pompei FC, Galesio demostró que era un “9″ letal y se ganó un lugar en la consideración de hinchas y periodistas. A partir de su desembarco en la península pasó por 5 equipos del ascenso italiano y se ganó un lugar a fuerza de goles.
Hoy vive feliz por su presente deportivo en la cuarta categoría del prestigioso fútbol italiano. Por su edad, le costará mucho seguir progresando y alcanzar la serie A, pero, de todos modos, él se siente satisfecho con su presente y sus logros.
Destaca que su principal virtud es saber reinventarse y luchar con toda su energía para concretar sus aspiraciones en la vida: “Me tomo cada desafío como una final del mundo. Así gané Gran Hermano y logré ser futbolista en Italia”, señala.
También asegura haberse adaptado muy bien al estilo de vida italiano y disfruta de la vida tranquila en una ciudad pequeña, cercana a Ascoli y no tan lejos de Roma. “Me fui de la Argentina porque sentí que allá no había futuro. Encontré seguridad y posibilidades de crecimiento. Acá, con un sueldo mínimo se vive bien”, confiesa el futbolista.
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El único aspecto negativo de su vida actual es la lejanía con Lola, su hija, que está en la Argentina. En sus redes sociales hace publicaciones en las que expone cuánto extraña a la pequeña y sus ganas de tenerla cerca.
En su vida sentimental, está en pareja con una italiana llamada Denise Canas que le brinda contención y es su “cable a tierra” en esos momentos en los que se le estruja el corazón por la melancolía. “Siempre es difícil vivir lejos de donde naciste y donde están tus afectos de toda la vida”, afirma.
