Hay algo en la voz de una persona más revelador que la más perfecta fotografía; algo que no se puede maquillar. La voz del locutor y conductor Quique Pesoa es entera y envolvente, cálida y maleable: puede hacer con ella lo que quiera. El programa que realizaba por Radio Nacional de Córdoba, y se transmitía también por Radio Nacional de Buenos Aires, se llamaba Cuentos de medianoche. Un ciclo de quince minutos después de la transmisión del Himno Nacional, donde Pesoa leía un cuento.
Podía ser Mark Twain o Sara Gallardo, Anton Chejov o Ambroce Bierce. Lugones. Emile Zola. Tennessee Williams. Naturalmente Jorge Luis Borges y lujos inesperados como María Luisa Bombal. La selección, de Pancho Mondino, mostraba un particular buen gusto y muy amplio criterio. Pesoa, a su vez, era todas las voces. A veces parecía un elenco completo en el aire.
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Quique Pesoa nació en Rosario y muy joven trabajó como iluminador y sonidista en teatros independientes. Estudió medicina, estudió arquitectura, pero muy pronto se dedicó enteramente a la radio. Comenzó en varias radios rosarinas, como Radio Cerealista y Radio Rosario AM entre otras. En 1985 llegó a Buenos Aires y tuvo sus programas en Radio Municipal, Del Plata, El Mundo, Continental y Belgrano.
También trabajó en televisión (Telefé, Canal 7, América TV) y aportó su voz a varias realizaciones de cine y de teatro. La cineasta Luz María Ondris filmó un documental sobre su vida: El desconcierto, el título de su programa clásico desde hace años.
En 2004 se instaló en la ciudad de San Marcos Sierras, en la provincia de Córdoba, donde abrió una hostería, La Merced, junto con su familia. Y volvió a la radio, desde Córdoba. El desconcierto está a punto de comenzar su temporada de 2025. En este ciclo, Pesoa despliega su personalidad y sus intereses sin tapujos ni presiones. En 2021, por ejemplo, conmovió a su audiencia al entrevistar a su hijo trans: Tanu, quien se había ido a vivir a Europa a los 17 años. Tanu habló largamente de su transición, sus tempranas angustias y sensaciones, y el privilegio de pertenecer a una familia que lo acompañó en todo el proceso con amor, sin recelos ni prejuicios.
Para la radio de Buenos Aires fue una pérdida no contar con Quique Pesoa y sus Cuentos de Medianoche -aunque pueden oírse en un podcast- pero él sigue adelante con su vida: se ha ido en moto a Machu Picchu junto con un amigo y la necesaria dosis de insulina, puesto que es diabético. Y ha publicado un libro: ¿Estás ahí? Conversaciones sobre las palabras que importan, editado por el Grupo Planeta.
