Amalia Granata rompió el silencio tras el reencuentro de su hija Uma con el Ogro Fabbiani luego de cinco años distanciados. Lejos de toda polémica, expresó: “Ojalá que se repita, que se vean más seguido y que no quede en una foto”.
Invitada a Intrusos (América), la diputada de Santa Fe señaló que las decisiones siempre fueron de su hija y que el reencuentro también fue una determinación que tomó la joven después de mucho diálogo familiar. “Yo respeté sus tiempos porque es una mujer”, aseguró.
Leé también: Uma, la hija de Amalia Granata y el Ogro Fabbiani, reveló el motivo por el que hace 4 años que no ve a su papá
Consultada acerca de cómo se dio el acercamiento, Amalia indicó que ella y su marido, Leonardo Squarzon, siempre insistieron para que Uma recompusiera el vínculo con su papá.
“Son charlas entre ellos dos. Yo sé por qué fue la pelea, cuál es el enojo puntual por el que ella decidió cortar la relación en ese momento. Y después se fue agravando la situación”, expresó.
Sin querer entrar en demasiados detalles, agregó: “Fue una pelea con ella personal, pero siempre la mala de la película soy yo. Y Uma hace 17 años que vive conmigo. O sea, si vos querés componer algo, no le podés hablar mal de la persona que la está criando”.
A modo de cierre, se mostró reflexiva: “Un tema, que siempre se lo recalco a Uma, es la aceptación. Tenemos que aceptar, porque yo a mi marido y a mis amigos los elijo, pero los padres te tocan. Entonces ella tiene que aceptar el padre que le tocó”.
“Uma tiene que entender que cada uno tiene una forma de querer en base a su historia y a cómo fue criado. Él se crio sin un padre, porque se murió cuando tenía creo que ocho años, y con una mamá laburadora para mantener a la familia”, sentenció.
Amalia Granata se defendió de las acusaciones de El Ogro Fabbiani
Amalia Granata aseguró que la determinación de Uma de alejarse de su papá fue de la joven de 16 años. “A ella nunca se le ocultó nada, jamás se le habló mal del padre. Al contrario, ella de grande decidió alejarse del padre”, indicó.
Y se defendió: “Él piensa que yo le meto cosas en la cabeza, pero Uma tiene una personalidad de tauro... Y después hubiera sido al revés. Desde chica la que la llevó a Uma todos los fines de semana a Ciudad Evita para que la vieran él y su madre fui yo, quien hizo un juicio para que se vieran fui yo. De hecho, no puse condiciones, siempre tuvo un régimen de visitas amplio".
