Hace 25 años se producía la muerte de Tusam, uno de los grandes personajes de la televisión argentina durante décadas. Hijo de inmigrantes españoles y dueño de un carisma especial para manejar los tiempos y el suspenso en cámara, fue capaz de construir un personaje que generaba espectaculares picos de rating exhibiendo sus “poderes” para ejercer el control mental.
La historia de por qué Tusam descubrió a los 6 años que se convertiría en hipnotizador fue contada por su hijo y “colega”, Leonardo: “Mi abuelo vio que este chico hacía cosas raras y lo llevaron al médico. Entonces descubrieron que podía manejar los órganos internos a voluntad”.
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En ese momento, mientras estaba en primer grado de la escuela primaria, se dio cuenta que podía sentir con sus órganos internos lo mismo que con los dedos a través del acto. “Venían investigadores a probar distintas cosas de medicina y usaban a mi padre como conejito de indias”, reveló Leonardo, que sigue sus pasos desde la adolescencia y recorre el mundo haciendo shows de hipnosis y control mental.
Estas prácticas continuaron hasta que Juan José del Pozo Monteagudo -tal su nombre real-terminó lastimado en un experimento, cuando tenía 14 años. A partir de ese momento empezó a estudiar hipnotismo y estaba convencido de que sus habilidades le permitirían ganarse la vida ofreciendo shows. Se bautizó como Tusam, un acrónimo de las palabras técnica, unción, sabiduría, amor y mística.
“No tengo poderes ni creo en ellos. En los shows hago hipnosis teatral: la persona vive una aventura imaginaria. Alguien toca un instrumento o baila dormido, viaja a Marte, lucha con indios. Conmigo mismo yo practico dominio orgánico, es una predisposición natural que tengo. Poseo tacto en los órganos como tenemos tacto normalmente en las yemas de los dedos”, aseguró en una de las tantas entrevistas que concedió a lo largo de su carrera.
El 28 de abril de 1999, hace 25 años, Tusam falleció a raíz de problemas cardíacos derivados de un accidente automovilístico que había sufrido en Olivos, el año anterior. “Estaba en un gran momento de su carrera, porque había comenzado a entrar en los Estados Unidos y tenía pautada una entrevista con David Letterman (famoso presentador de la televisión norteamericana). Lamentablemente se fue muy pronto, tenía 67 años”, asegura su hijo, que actualmente trabaja como hipnotizador para el público latino de los Estados Unidos.
Nacido el 18 de febrero de 1933 en el barrio porteño de Villa Urquiza, Tusam participó en los principales programas de la televisión argentina, junto a Susana Giménez, Mirtha Legrand, Marcelo Tinelli, Pipo Mancera y Julián Weich, entre otros, que lo convocaban con la seguridad de que redituaría con altos niveles de audiencia.
Aún se siguen utilizando los latiguillos que inventó durante sus trucos, como el famoso “puede fallar”, que improvisó cuando su hijo Leonardo pidió que lo sacaran de un cubo repleto de pelotas de plástico y con un monitor que seguía sus latidos. “Duro, más duro” era otra de sus frases, que pronunciaba cuando hacía la prueba de dejar horizontal a una persona, con apoyos únicamente en la cabeza y en los tobillos.
Otra de sus pegadizas muletillas fue el “tu puedes”, con la que solía dar ánimo a sus ocasionales partenaires en los trucos que apasionaban a la audiencia. En la década del 80 empezó a trabajar con su hijo, Leo, que hoy tiene 50 años y continúa con orgullo el legado de su padre.
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Sin embargo, no fue el único familiar que compartió escenario con él: su esposa, María del Carmen Calandra, lo acompañó desde sus inicios como bailarina. Se habían conocido en el viejo Canal 7, cuando Tusam iniciaba sus presentaciones, y estuvieron juntos hasta la muerte del mentalista.
