Giselle Rímolo, cuyo verdadero nombre es Mónica Cristina María, se hizo popular por ponerse en pareja con Silvio Soldán, uno de los conductores más destacados de la Argentina. En la década de los ‘90 se presentaba como una nutricionista y homeópata que ofrecía métodos milagrosos para adelgazar, lo que hizo que obtuviera un gran caudal de clientes desesperados por transformar su imagen. Si embargo, su historia se derrumbó tras un informe de Telenoche, que expuso que no tenía ningún título para ejercer ni recetar medicamentos.
En mayo del año pasado, el periodista Luis Ventura contó cómo era el presente de la mediática tras haber salido de la cárcel y sorprendió a todos. Aseguró que actualmente se haría llamar Mónica Gainedú y que estaría atendiendo en un departamento de Zona Norte. “A través de varias intervenciones también cambió radicalmente su formato facial y oscureció su pelo. Es otra persona”, agregó.
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Por último, el panelista de A la Tarde (América) deslizó: “Algunos dicen que Giselle Rímolo es la directora de un nuevo negocio que tiene que ver con la medicina. Otros dicen que en realidad cumple algunas consultas de doctorado, lo que la pondría en riesgo nuevamente de volver a la cárcel en caso de ser comprobado que ella atiende como doctora y no que recibe pacientes como administradora de un centro”.
Cómo fue el informe de Telenoche Investiga que destapó el escándalo de Giselle Rímolo
El 11 de julio de 2001, Telenoche Investiga puso al aire una de sus investigaciones más resonantes: los periodistas llegaron al consultorio de la presunta “gurú” de la medicina ubicado en Elcano al 2700, en Belgrano. Mediante cámaras ocultas, lograron obtener imágenes de Rímolo diagnosticando a pacientes que se acercaban a su oficina después de enterarse de que había atendido a varios famosos.
Rímolo atendía sin título profesional en el Centro Integral de Estética Natural (Cidene), donde se jactaba de haber obtenido un método milagroso para adelgazar. Pero toda la trama tomó otro tinte cuando el ciclo de eltrece expuso el caso de Liliana Díaz, una mujer de 41 años que se había atendido por ella y murió luego de haber tomado la medicación que le había recetado.
En noviembre de 2002, la entonces pareja de Silvio Soldán fue detenida en su departamento por ejercicio ilegal de la medicina y asociación ilícita.
