Roxy Vázquez regresó a la conducción de Tempraneros (TN) luego de haber tenido dengue. Después de ser recibida entre aplausos y ovaciones por sus compañeros de equipo, la periodista expresó: “Qué lindo volver a la vida”.
“Está Roxy. Fuerte el aplauso”, exclamó Sergio Lapegüe este martes al comienzo del programa. Agradecida con la cálida bienvenida, la conductora aseguró: “Es lindo volver a maquillarse, peinarse, hablar con los compañeros del laburo... La verdad es que me pegué un susto muy grande, me pegué un susto muy feo”.
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Consultada acerca de la enfermedad, precisó: “No podía hacer nada. Estuve seis días internada, con 40 grados de fiebre, todavía tengo las marquitas del suero y demás. Estuve en casa haciendo la recuperación estos días y ahora nada a seguir”. Sin embargo, aclaró que debe tomar ciertos recaudos: “Por supuesto, me tengo que cuidar, me tengo que vacunar dentro de tres meses”.
En cuanto al pos, precisó: “Me tuve que hacer análisis de sangre. Te controlan mucho las plaquetas y los glóbulos blancos que son las defensas. Y recién ayer, que me dio bien, me dejaron. Y con el hígado hay que comer bien”.
A modo de cierre, agradeció los mensajes recibidos: “No llegué a contestar a todos, pero es relindo sentir, en medio de todo eso tan feo que uno vive, el cariño de todo el mundo”.
Roxy Vázquez recibió el alta médica y detalló los síntomas del dengue
Días atrás, Roxy Vázquez recibió el alta médica tras haber tenido dengue y habló de su internación en Tempraneros (TN). En diálogo con Sergio Lapegüe, la periodista comentó que empezó a sentirse mal mientras estaba trabajando.
“Me agarró un dolor muy puntual atrás de los ojos, era como si me clavaran un puñal. Me dolía mucho el cuerpo también. Cuando me acosté, me desmayé. A las dos horas me desperté peor, con más dolor. Otro síntoma era que no tenía ganas de comer. Cuando comí, vomité todo y terminé en el piso, temblando. Un desastre. Por suerte mi hijo, Pedro, estaba durmiendo en ese momento y Rocco estaba en el colegio”, detalló sobre los síntomas de la enfermedad.
Al vivir esa situación, Roxy decidió ir a la Trinidad de Palermo: “En la guardia había mucha gente esperando. En un momento ya no podía quedarme sentada y me tiré en los sillones. Me temblaba el cuerpo como una hoja. Estaba con 40° de fiebre. Cuando me atienden tenía 4.5 de presión. Me desvanecí. Cuando me desperté estaba en la cama del sanatorio”.