Daniel Gómez Rinaldi contó que el miércoles fue internado tras sufrir un fuerte dolor en el pecho. El periodista describió lo que vivió a través de su cuenta de Instagram y aprovechó para dejarles un mensaje a sus seguidores sobre la importancia de prestarle atención a los síntomas.
“El miércoles pasado realmente no pude terminar Qué Mañana! (El Nueve) por el intenso dolor que sentía en el pecho. Fui a ver al Dr. Montoya del canal quien, después de revisarme, me recomendó que vaya a ver a mis médicos”, escribió el panelista.
Leé también: Gerardo Romano contó que sufre Parkinson y sorprendió a todos: “No se nota porque laburo mucho”
Según explicó, después de ver a una cardióloga, de hacerse muchos estudios y de ver a un médico clínico le comunicaron que debía internarse. “En un primer momento se pensó que era un neumotorax y que habría que operar. Sin embargo, con el pasar de las horas y con más estudios resultó ser una ‘falsa alarma’”, agregó Rinaldi.
En la publicación también mencionó a todos las personas que lo ayudaron en su paso por el sanatorio: “Con este posteo, además de contarle a ustedes, quiero agradecer a todos los profesionales que me atendieron”. Para concluir, aconsejó: “Siempre recomiendo que ‘escuchen’ a su cuerpo y se hagan ver frente a los primeros síntomas. Presten atención a todas las ‘señales’ que sientan”.
La inesperada pasión de Daniel Gómez Rinaldi: colecciona azulejos y tiene cientos de ejemplares en su casa
En la casa del periodista de espectáculos Daniel Gómez Rinaldi se respira historia. Es que en una vitrina ubicada en su habitación atesora azulejos del año 1800. En la cabecera de su cama tiene una serie alemana, aunque para completarla le falta un ejemplar. “Es mi figurita difícil y espero conseguirla”, le dijo a TN y La Gente.
La curiosidad por estos objetos valiosos empezó de muy chico en la casa de su abuela Josefa, que los exponía orgullosa. La mujer advirtió que a su nieto le llamaban la atención y decidió regalarle uno.
“Cuanto tomé la comunión, a los 10 u 11 años, mi abuela me regaló uno de los azulejos. Recuerdo que lo traía envuelto y me sorprendió cuando me lo dio. Se estaba deshaciendo de algo muy valioso y yo muy bien no entendía de que se trataba pero me gustaba mucho”, rememoró.
De ese día pasaron más de 30 años cuando Gómez Rinaldi se topó con un artículo en un diario en el que descubrió que había un Museo del Azulejo en Uruguay. Sin dudarlo se tomó un avión y viajó a conocerlo. Mientras lo recorría encontró una pieza igual a la que le había regalado su abuela. Desde ese entonces, empezó a coleccionarlos y cuenta con unos 200 ejemplares.