Fue el creador de la primera aplicación de citas, claro que ésta era televisada, para todo el país. Fue el pionero, también, de los “cantando por un sueño”. Supo, como nadie, interpretar el sentir popular. Hasta que el 9 de noviembre de 2000, a los 84 años, un cáncer de próstata le dijo basta. Se cumplen 23 años de la muerte de Roberto Galán: el ícono de la televisión que vivió adelantado a su tiempo.
Roberto Ernesto Galán fue un porteño de ley. Nacido el 21 de febrero de 1917,. Locutor, animador pero sobre todo un vanguardista, tanto que se jactaba de haber hecho amistad con personajes de enorme relieve: entre ellos el general Perón -por quién además terminó a las piñas con un colega- y Rita Hayworth, uno de los símbolos de la época dorada de Hollywood.
Leé también: Se tatuó a Alberto Fernández pero le hicieron... a ¡Roberto Galán!
Porteño de ley, Roberto Galán hizo su carrera de menor a mayor. En 1963 llegó a la TV con “Remates Musicales” por Canal 9, y poco después crearía sus más grandes éxitos: “Yo me quiero casar, ¿y usted?” y “Si lo sabe cante”, que estuvieron en el aire por distintos canales y en numerosas temporadas. En Yo me quiero casar... batió todos los récords del rating con el casamiento de enanos. De Si lo sabe... hasta llegaron a surgir algunas figuras como Piero.
Enamoradizo como pocos, amante impenitente (una vez confesó haber compartido la renta de un “bulín” con Juan Carlos Thorry), Galán reincidió seis veces en el matrimonio. Las vueltas de la vida lo llevaron a Caracas y allí recibió a Juan Domingo Perón cuando se exilió. Siempre negó haber sido el celestino de Perón e Isabel pero sí se jactaba de haberle presentado al por entonces coronel Perón a la actriz María Eva Duarte.
Roberto Galán, a las piñas con un locutor por culpa de Perón
El precio de hacer programas tan populares también le trajo algún que otro enemigo a Roberto Galán. Ese fue el caso del “Negro” Hugo Guerrero Marthineitz. El locutor peruano lo acusó de haberle robado un piano al General Perón en la época del exilio en Venezuela. Marthineitz se encargaba todos los días de hacer el comentario “¿quién le robó el piano al General?”, en su programa de Radio Belgrano El Show del minuto.
Hasta que una vez, Galán y Marthineitz se encontraron viendo un espectáculo en el viejo Almacén. Fue en ese momento, con centenares de testigos, que Roberto lo sacó a la calle al “Negro”. Todo terminó en una situación violenta en la vereda del local, donde dicen que Galán le dio una buena paliza al locutor.
Por su perfil, siempre se vinculó a diversas personalidades del espectáculo. Incluso, hasta con figuras internaciones. “Una vez, cuando ya la juventud había quedado atrás, se me ocurrió hacer gremialismo y la historia terminó con un paro de locutores. Me echaron. Me fui en barco a Europa y terminé en París. Nada me importaba demasiado”, contó alguna vez. Fue en la Ciudad Luz en la que se codeó con artistas famosos…
Leé también: El misterio de Juan Duarte, el hermano de Evita que apareció muerto hace 70 años
“En París sobreviví como pude, garroneando en la embajada y vendiendo viejas películas argentinas. Tenía mi pinta, claro. Me di el gusto de alternar con figuras como Josephine Baker, Lena Horne, Rita Hayworth, Maurice Chevallier, George Raft. Me volví porque extrañaba mucho... y porque había tocando fondo, económicamente”. De su amistad con la Hayworth siempre también se jactó.
También, con su particular dicción, fue pionero en los programas de denuncia, no sólo de diversión. Eso le pasó cuando puso en pantalla “Yo busco a un delincuente”. Durante la emisión de ese ciclo recibió muchas presiones y debió levantarlo.
Una dramática época se venía para la Argentina. Y Galán se llevó mal con José López Rega, el secretario personal de Perón en los últimos tiempos del líder -fue el creador de la temible Alianza Anticomunista Argentina, la Triple A-, y peor con los militares. Por eso fue que pasó largos años en una virtual prohibición.
Después de pasar dos meses internado en la clínica Bazterrica, el 9 de noviembre de 2000 el corazón le dijo “hasta acá llegaste”. Roberto Galán lo había dado todo.