La emoción de Rodrigo de la Serna es transparente. Sus sensaciones afloran a través de sus tonos de voz, sus ojos vidriosos, sus gestos y hasta su posición en la que se sienta en el sillón a hablar con TN Show. Está profundamente conmovido. Volver a conectarse con su personaje de Julio Levy de la película El rapto lo tocó en el alma y se nota.
En la entrevista, el protagonista del film dirigido por Daniela Goggi repasó la manera en la que llevó a la pantalla una impactante transformación física, emocional y sensitiva: de la Serna tuvo que engordar de manera real para encarnar al protagonista.
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De qué se trata El rapto, la película por la que Rodrigo de la Serna tuvo que transformarse físicamente
La película El rapto está basada en el libro El salto de papá, escrito por Martín Sivak, en el que se cuenta lo que padeció la familia de ese periodista en el comienzo del gobierno de Raúl Alfonsín. En esos días de los albores de la primavera democrática, un sector del poder parapolicial que había quedado olvidado debido a la caída de los jefes militares cometió una saga de crímenes muy violentos, sobre todo, secuestros extorsivos.
Entre los casos más resonantes estuvo el de Osvaldo Sivak, uno de los integrantes del clan, que fue secuestrado en 1985 con un resultado atroz: las consecuencias de lo que ocurrió con él se ramificaron hasta afectar a su hermano, Jorge, y a todo el grupo familiar.
Si bien la película no traslada de manera directa nombres, apellidos y hechos exactos de la realidad, en su recorrido la trama reconstruye como una ficción lo que sufrió esa familia a través de lo que le pasa al personaje de de la Serna.
A partir de la novela, Goggi aseguró que hizo una síntesis sobre los secuestros extorsivos más importantes de la década del ‘80. “La ficción nos dio la libertad de construir, de poder entender un proceso histórico a través de una familia ficcional, para trabajar y poder meter todos esos elementos de dramaturgia. Que si vos te quedás en un hecho real, estás condenando o faltás al respeto”, comentó la cineasta.
El rapto es un thriller policial que está en la línea de otras películas de esa época como Los últimos días de la víctima o La búsqueda, aunque su fuerte es el drama. La composición de Rodrigo de la Serna como un abogado que regresa desde el exilio y se encuentra con el secuestro de su hermano va acaparando la trama cada minuto que pasa, más allá de cómo se van resolviendo las subtramas.
La detallista realización de El rapto es uno de sus mayores logros. Daniela Goggi logra sintetizar en la pantalla el vestuario bastante gris de la época, las gaseosas, los vasos, el humor del cigarrillo y hasta el sonido de los colectivos de los ‘80.
“El detalle para nosotros tenía que ver con algo muy emocional. Hacíamos casi como desgloses de qué se iba a ver en la escena y cuáles eran los elementos que definían la época. Como esta idea de que el detalle construye el todo, como si tuvieses que focalizar en algo y son los elementos que manipulan los personajes, que tienen que ver con los teléfonos fijos, que tienen que ver con las gaseosas y que se destapan”, aseguró Goggi a TN Show.
Cómo fue la transformación física de Rodrigo de la Serna para El rapto
La realizadora de El rapto remarcó que había, también, un rastreo técnico de su equipo de trabajo para depurar todo lo que tenía que ver con el sonido de la época, los ambientes, los pasos de los personajes y hasta la respiración de Rodrigo de la Serna en su rol de Levy. Esto fue uno de los pilares de la manera en la que el protagonista encara su rol.
“Lograste una transformación física que es casi sentimental. ¿Cómo te sentiste y cómo llegaste a esos niveles?”, preguntó TN Show al actor. Con la voz quebrada, casi a punto de llorar, de la Serna enfatizó que lo hizo “con mucho trabajo”.
“Es un rol que me conmovió desde el primer momento. Primero de lo físico, tuve que engordar algunos kilos, tuve que abandonarme a mí mismo bastante. Últimamente, con los años, te empezás a cuidar un poco más. Esto no sucedía en esa generación. Eran personas más intelectuales, más del mundo de las ideas. Estaba incluso hasta mal visto estar en forma. Estaba mal visto no reflexionar en profundidad todos los temas”, comentó.
De la Serna sostuvo que no fue fácil abordar la transformación, no solo por el cuerpo. “Me costó mucho desde lo físico, pero sobre todo desde lo emocional; conectar con esos años tan dolorosos de la transición a la democracia, con la dictadura todavía en el aliento en la nuca de nuestros padres. Volver a mirar esos años de infancia, desempolvar los álbumes familiares e intentar linkear y tirar de esas memorias y todo lo que traían consigo, el compromiso con la historia de un país tan trágico”, comentó.
Para el actor, ese trabajo arduo lo fue ubicando en un lugar en el que empezó a “cargar de una emoción” que en esa época, en la realidad, los adultos “no se permitían comunicarlas”.
-¿Creés que es el mejor trabajo que hiciste?
-Vengo sintiendo que es un trabajo importante en mi carrera, sin lugar a dudas, que tiene que ver también con la edad que tengo, con la madurez interpretativa y compositiva que tengo. Que esperé durante mucho tiempo que aparezca una película así y llegó de la mano de Daniela. No es fácil que aparezca un guion así, que llega a zonas emocionales como las que mueve esta película. Es una síntesis cinematográfica muy pura, profunda, interpretativa y compositiva también. Soy consciente de eso, claro.
La crítica mirada política de El rapto
Sin hablar con nombres propios, tanto Goggi como de la Serna fueron tajantes en sus expresiones sobre lo que piensan de la violencia institucional que se dio en la época en la que se desarrolla la película.
“No queremos volver al Estado de violencia. Queremos seguir viviendo en el Estado de Derecho. Vamos a seguir viviendo en el Estado de Derecho, más allá de las dificultades coyunturales, que son graves, son muchas. El pueblo está sufriendo mucho. Hay mucho sufrimiento”, afirmó el actor.
“Celebramos que haya instituciones democráticas, que todas las discusiones se den en lugar de los comicios y que no se den en otro lugar”, agregó la directora. Entonces, de la Serna interrumpió: “Que no se den en la sombra de la ilegalidad, en la clandestinidad”.
Esa mirada política, al mismo tiempo, convirtieron a El rapto en un film ovacionado en algunos festivales internacionales como el de Venecia. En sus redes sociales, el actor retrató ese momento en algunos videos que subió, sobre todo, en uno en el que aparece tomando unos tragos en un bar.
“¿Qué pasó ahí?”, preguntó TN Show. Con una sonrisa en la cara, lejos de la emoción del comienzo, de la Serna recordó ese instante. “Estábamos muy contentos. Yo estaba como en una peli de (Federico) Fellini. De hecho, puse la música de Amarcord. Me sentía que era Marcello Mastroianni”, comentó.
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El actor imitó ese breve clip viralizado, mientras narró paso a paso su vivencia. “Estaba en Venecia con unos anteojitos negros. Estar ahí y que haya sido tan celebrada la película, que haya sido tan ovacionada, tan bien recibida. Fue como un sueño”, cerró, transmitiendo con su mirada, como desde el comienzo de la charla, la emoción que sintió.