Tamara Bella continua en una batalla judicial con su exmarido, el psicólogo Pablo Kunz. A cuatro meses del nacimiento de su hija Bruna, la modelo contó que el padre de la nena no se hace cargo y que ella no tiene donde vivir.
“Mi mamá estuvo en el parto. Se quedaron poquitos días porque por supuesto tienen sus cosas allá. Pero todo es muy difícil”, admitió al aire de Socios del espectáculo (eltrece), sobre la situación que le tocó vivir después de que el papá de su segunda hija la abandonara.
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Sobre cómo se sucedieron los hechos, la modelo relató: “La bebé fue buscada y la estoy disfrutando yo. Es la bendición más grande que tengo en la vida, pero realmente estoy sola con todo”.
Tras contar que su ex “le vendió un personaje” y que las cosas no resultaron como ella esperaba, explicó que en la actualidad no tiene dónde vivir.
“En este momento, lo que quiero es un techo para mi hija. Vivo en hoteles de canje. Me dan cinco días, acá, otros allá por historias de Instagram”, relató sobre su presente. Y destacó: “O estamos en un departamento prestado. Mis amigas vienen a ayudarme, mi familia, mi papá”.
“No tenés un hogar”, enfatizó Adrián Pallares, a lo que Tamara le contestó que no, sin poder disimular la angustia. Entonces explicó que si bien la Justicia ya se expidió, su ex sigue sin hacerse cargo.
Cómo fue la historia de amor entre Tamara Bella y Pablo Kunz
Tamara Bella y Pablo Kunz se casaron el 23 de julio de 2022 en el Club de Pescadores de Buenos Aires. El día de la fiesta, la mediática se mostró muy contenta por dar el siguiente gran paso en su relación.
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“Dos oruguitas paran el viento. Mientras se abrazan con sentimiento. Siguen creciendo, no saben cuándo buscar algún rincón. El tiempo sigue cambiando. Inseparables son. El tempo sigue cambiando... Ay, mi oruguita cuanto te amo. Un día te dije: ‘¿Nos casamos?’. Y vos reíste y dijiste: ‘Sí, acepto’. El tiempo siguió cambiando. Y nuestro amor siguió creciendo”, escribió en sus redes sociales con algunas postales de la boda.
Además de dar el “sí, quiero”, el matrimonio apostó por tatuarse los nombres del otro en el cuello.
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A los pocos meses, la pareja apostó por agrandar la familia. Sin embargo, todo se desmoronó rápidamente.
En marzo de este año, Tamara tenía seis meses de embarazo cuando llevó a su exmarido a la Justicia y lo denunció por violencia de género. Él se desentendió de todo, incluso de Bruna que nació el 15 de julio en el Sanatorio Otamendi.
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