Pata Villanueva amó y fue amada por muchos hombres, entre ellos sus tres maridos y una gran colección de amantes. Su vida era muy intensa hasta hace dos años y medio, cuando se cayó por la escalera de su casa de Punta del Este y durante mucho tiempo estuvo cara a cara con la muerte.
María del Carmen Raquel Villanueva Goyanarte fue siempre rebelde y, en lugar de elegir una carrera universitaria como sus padres y sus seis hermanos, prefirió las pasarelas. Así se convirtió en la cara de las publicidades de los cigarrillos 43/70 y modelo profesional en los años ‘70, con Teté Coustarot, Patricia Miccio y Tini de Bocurt.
Pero su desfachatez y sus inquietudes la llevaron más allá, llegando a la tele en Una terraza al mar, con Juan Alberto Mateyko. Y protagonizando varias películas, como Con mi mujer no puedo y Mi mujer no es mi señora.
Los amores de Pata Villanueva
La modelo y actriz conoció al productor Héctor Cavallero y el flechazo fue tan grande, que tres meses después se casaron. Pero mientras ella estaba embarazada de su hija Agostina, el empresario entrevistaba cantantes para el musical Rocky Horror Show, se encontró con Valeria Lynch y quedó deslumbrado. Pata Villanueva sospechó, descubrió el affaire y se separó.
Cuando su beba cumplió 9 meses viajó a Europa, donde vivió un famoso romance con Carlos Monzón, quien en ese momento era pareja de Susana Giménez. Por eso estuvo mucho tiempo peleada con la diva de la televisión.
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Su pareja más larga y polémica fue con el exfutbolista Alberto “Conejo” Tarantini, con quien tuvo a sus hijos Bernardita y Robertino. La separación habría sido culpa de sus fotografías en Buenos Aires con el playboy Phillipe Junot, el exmarido de Carolina de Mónaco.
Entonces buscó un reparo impensado, pero que duró muchos años, entre los brazos del rockero David Lebón. Con todos sus hijos, juntos formaron una familia ensamblada de diez, instalada en una casa de Belgrano. Todo se terminó cuando él quiso mudarse a Mendoza, pero ella no.
Para entonces conoció al empresario Martín Bernt, que se convirtió en su tercer marido durante quince años, hasta que él murió de cáncer de páncreas. Fue en 2011, en la casa que compartían en México y ella cerró para volver a instalarse en Buenos Aires y estar cerca de su finca en Punta del Este.
Cara a cara con la muerte
El 14 de febrero de 2021, después de una cena en su casa de Punta del Este, Pata Villanueva se cayó por las escaleras. Logró pedir ayuda a sus vecinos y una hora después estaba internada en terapia intensiva del Sanatorio Cantegril. Sólo se sabía que corría serio riesgo de muerte.
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Al día siguiente se conoció el parte médico: debido a una grave lesión en el cráneo fue sometida a una operación que le salvó la vida. Al mes siguiente pudo regresar a Buenos Aires en un avión sanitario.
Parecía que estaba mejor después de la rehabilitación neurológica, pero en octubre de ese mismo año tuvo que ser internada de urgencia en el Hospital Alemán debido a una hemorragia digestiva. Y mientras era operada de divertículos, contrajo una bacteria intrahospitalaria que la tuvo otra vez al borde la muerte.
Hoy Pata Villanueva vive la revancha que le dio la vida, cuidada por su hijo Robertino, que mil veces por día le dice cuánto la quiere. Sus hijas Agostina y Bernardita también habían llegado del exterior en plena pandemia pensando tristemente que se despedirían de su madre para siempre.
Pero Pata “Bravura”, como la llaman la familia y sus amigos, sigue recibiendo las visitas de sus seres queridos, lejos de los medios, las luces y los viejos amores.
