Lucía Galán es una de las caras visibles del grupo Pimpinela, que supo trascender en las décadas del 80 y 90 por sus hilarantes letras interpretadas en dúo con su hermano Joaquín. La cantante supo contar a través de un libro la estremecedora historia del abuso sexual que sufrió cuando era apenas una adolescente.
María Graciela Galán Cuervo nació el 23 de mayo de 1961 en Buenos Aires. Comenzó su periplo en el mundo de la música dentro del grupo Montana, que recién se había formado y que necesitaba de la presencia de una corista.
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Por supuesto, todavía no estaba en sus planes formar cantar con su hermano, que es ocho años mayor y tocaba rock con la banda Luna de Cristal. Al mismo tiempo, la joven estaba inmersa en clases de actuación para poder forjar su vocación.
En ese contexto, la convivencia con sus padres en su casa no era para nada positiva. “Algunas cosas que ocurrían me sobrepasaban y no podía manejarlas”, sentenció la compositora en “Hermanos, la verdadera historia”.
Allí, también confesó que su progenitor era alcohólico y que su adicción la afectaba profundamente: “Es una enfermedad, y nuestro papá era una persona maravillosa, alegre, cuidadosa, cariñosa... La bebida lo complicó”.
Durante esa etapa de soledad emocional, Lucía conoció a un hombre y se enamoró casi al instante. Aquel “personaje oscuro”, tal y como lo describió ella, acabaría transformándose en su primer productor y fue con quien perdió su virginidad: “Caí en sus brazos de un día para el otro, él se apoderó completamente de mi persona. Logró, sin que yo me diera cuenta, un lavado de cerebro para que solo respondiera a sus mandatos”.
Su primera relación sexual le generó a la música varios traumas psicológicos con los que aún debe lidiar en la actualidad: “Con este siniestro que logró enfrentarme a mi familia fue que lo hice. Era una luz de gas, un psicópata. Fui atraída por esa oscuridad y con mi estado emocional, era una candidata a la destrucción”. En el marco de una entrevista, Galán brindaría más detalles de aquel vínculo.
Lucía Galán y el apoyo de su hermano Joaquín
“Viste que cuando estás mal y sos chico te enganchás con cualquier persona. Creo que son relatos de situaciones extremas. Tuve que trabajar mucho con estas cosas para superarlas y buscar al hombre adecuado, también criar a mi hija. Son circunstancias tremendas”, sostuvo la artista años después. El productor en cuestión también decidió involucrarse en los inicios de Pimpinela y hasta llegó a mentirles a los miembros del dúo.
“Recuerdo que una vez, en su oficina, abrió una botella de champán. ‘¡Felicitaciones! El disco está número uno en Venezuela’. Nos sorprendimos mi hermano y yo. Después, nos enteramos de que el LP -llamado “Las Primeras Golondrinas”- ni siquiera había salido en ese país”, contó Lucía. En un arrebato de lucidez, logró contarle a Joaquín su historia de abusos y el cantante increpó al hombre.
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“Recién ahora comprendo, a través de todas las cosas que me hizo, que fui una adolescente violada y maltratada. Mi familia era mi lugar en el mundo. ¿Qué mejor, siendo así que concentrarme en un proyecto que haría tan feliz a mi mamá? Volvía a ver la luz”, aseguró la actriz de novela. A raíz de su cruda experiencia, emprendería una iniciativa extraordinaria.
Lucía Galán y su rol en el Hogar Pimpinela
Desde hace más de 20 años, los Galán comandan el Hogar Pimpinela. Allí, en una vivienda que fue donada por el gobierno bonaerense -ubicada en Florida, Vicente López-, albergan a más de 25 niños menores de 10 años que sufrieron violencia doméstica de todo tipo y que esperan ser reclamados tanto por un pariente biológico o por una eventual adopción.