Tras la fuerte escalada del dólar, Agustina Kämpfer meditó en vivo para que baje el valor de la divisa y el video se viralizó.
“Estamos con el dólar casi a 500. 482. Está altísimo, entonces Kämpfer hizo una meditación en televisión para que baje”, explicó este miércoles Rodrigo Lussich al aire de Socios del espectáculo (eltrece).
“Justo ella, que fue la mujer de un ministro de economía”, agregó con ironía en clara referencia a su relación con Amado Boudou.por fav
Cómo fue la meditación de Agustina Kämpfer en televisión para que baje el dólar
En el ciclo conducido por Adrián Pallares y Rodrigo Lussich pusieron al aire el video de lo ocurrido en Algo que Contar (IP Noticias). Allí se pudo ver a la periodista sentada sobre uno de los escritorios del programa y en posición de meditación, atenta a las palabras del conductor que oficiaba de guía.
“Y a la cuenta de tres le voy a pedir por favor que diga la frase ‘que baje el dólar’. ¿Estamos listos? Uno, dos, tres”, pidió. “Qué baje el dólar”, se los escuchó decir a todos en el estudio. “Agustina, ¿lo tenés?”, quiso saber el conductor. “Lo tengo, lo siento”, respondió ella a pura complicidad.
“Agustina, respiramos fuerte y a la cuenta de uno, dos, tres”, continuó. “Que baje el dólar”, exclamó ella. “Chicos, con los ojos abiertos. Lo han hecho muy bien. Mañana podemos tener buenas noticias, atentos los mercados”, concluyó. “Ojalá”, deseó Kämpfer.
Agustina Kämpfer cuestionó que haya una “tiranía de talles” en Argentina tras comprar ropa en Europa
A pesar de que la ley de talles se reglamentó hace dos años en Argentina, la gran mayoría de marcas de ropa todavía no cumple con la norma. Las propuestas siguen siendo acotadas y eso perjudica a los clientes. Muy molesta por esa situación, en mayo del año pasado Agustina Kämpfer apuntó contra la oferta textil nacional y la comparó con la de Europa.
La periodista se grabó en una tienda de España y mostró que una misma prenda se puede conseguir en distintos tamaños. “Les comparto mi experiencia desde los probadores de una cadena irlandesa de ropa que además de ser accesible -verán que a la remera de frutillas la pagué 2,50 euros-, vende prendas por toneladas”, dijo para poner en contexto a sus seguidores.
Y puntualizó: “Acá no hay talles reales ni irreales, hay talles para la realidad de una cadena que quiere vender, con clientas que quieren comprar. ¿Sos flaquísima? Sos 2XS, y a partir de ahí va subiendo, en una escala que, más que inclusiva, la llamaría razonable y rentable”.
Acostumbrada a sus experiencias en locales argentinos, Kämpfer se sorprendió con las medidas de la indumentaria. “Fui a por los talles que compro siempre en Buenos Aires y me quedaban enormes (tengo ropa “made in arg” XL que si pido postre ya no me entra). En casa soy M, a veces L. Resulta que en España soy S y XS”. Y bromeó: “¡Pues claro, tía, si hay tantos tamaños de cuerpos, pues como vamos a limitarnos a tres tallecitos, joder!”.