Norman Briski inventó una nueva manera de vivir con su compañera Eliana Wassermann y sus hijas, las gemelas Sibelina y Galatea, de 7 años. Se trata de una “convivencia accidental”, que el actor implementó durante la pandemia. Su mujer y las chicas viven en su casa, mientras él está instalado en un departamento donde puede trabajar, a tres cuadras de distancia.
Las chicas nacieron en agosto de 2015, cuando Norman Briski tenía 77 años. Con Eliana, que es abogada y actriz y había sido alumna suya en su taller de actuación, eligieron los nombres en homenaje a dos sirenitas que aparecían en la obra teatral Las cincuenta Nereidas. La producción, escrita por Briski, era protagonizada por Eliana cuando ella quedó embarazada.
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La pandemia de Covid-19 los encontró viviendo en una misma casa, donde el actor y director no podía trabajar porque sus hijas -por supuesto- le demandaban atención y juegos. Por eso decidió mudarse a un departamento, donde puede dedicarse a sus proyectos laborales, y volver siempre que puede para jugar con las chicas.
El actor y director estuvo en pareja con la artista Nacha Guevara, quien es la madre de su hijo Gastón. Además tiene a sus hijas mayores Olinda y Catalina, nacidas de un matrimonio anterior.
La historia de Norman Briski
Naum Briski nació el 2 de enero de 1938 en Santa Fe, pero de chico se mudó a Córdoba, donde creció. Interesado siempre por el mundo del arte y la actuación, debutó en el clásico La farsa del corregidor en 1955.
En los años 60 se hizo conocer con sus representaciones en el Instituto Di Tella y en publicidades. Su primer gran éxito comercial fue la película La fiaca, dirigida por Fernando Ayala y protagonizada junto a Norma Aleandro en 1969.
Después de ser amenazado por la Triple A, se exilió en España, donde trabajó en varias películas, entre ellas dos de Carlos Saura: Elisa, vida mía y Mamá cumple 100 años.
Con la vuelta de la democracia regresó a trabajar en Buenos Aires y fundó el Teatro Calibán, donde casi cuatro décadas después representa sus obras y tiene su Escuela de actuación. Allí justamente es donde conoció a su mujer Eliana Wassermann cuando fue a hacer un curso y empezó a salir con ella cuando lo terminó.
Actuó en más de treinta películas para la pantalla grande, entre ellas La peste, de Luis Puenzo; El amor y el espanto, de Juan Carlos Desanzo; Me casé con un boludo, de Juan Taratuto; El amor menos pensado, de Juan Vera, y Granizo, de Marcos Carnevale.
La última película en la que participó luego de la pandemia fue Argentina 1985, dirigida por Santiago Mitre y protagonizada por Ricardo Darín y Peter Lanzani, donde interpretó al abogado amigo del fiscal Strassera. “Una experiencia muy fuerte e intensa -dijo en su momento-. Retomé el trabajo de actor después de un año y pico, y tenía ese entusiasmo atrasado”.
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También trabajó en treinta programas en la televisión y representó casi veinte obras teatrales. Además escribió gran cantidad de obras, de las que publicó diez. La última fue la película 9.81, que dirigió, convirtió en obra dramática y resultó premonitoria porque se hablaba de “la peste”.
En la temporada 2023 se estarán representando en el Teatro Talibán tres obras suyas: Sobre el hilo, La Medicina: Tomo IV e Hydra. A sus jóvenes 85 años, Norman Briski no para.