A los 97 años, murió Carlitos Balá, uno de los animadores infantiles más queridos de la historia argentina. Tras la irreparable pérdida, colegas del humorista recordaron lo que vivieron con él, entre ellos, Diego Topa y María Emilia, una de las Trillizas de Oro.
El humorista estaba internado en el Sanatorio Güemes, a donde había llegado por que el jueves por la tarde se sentía mal. Con su muerte, se apaga una de las figuras más representativas de la alegría de cientos de miles de chicos.
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Qué dijeron Diego Topa y las Trillizas de Oro sobre Carlitos Balá
En una entrevista con Arriba Argentinos, otro conductor infantil muy relevante como Diego Topa despidió a su colega. “Es súper triste. Cuando algo se va de nuestra infancia es una partecita de nuestro corazón que se apaga”, dijo.
El presentador remarcó que como parte de su propia infancia lo va a “recordar siempre con mucho amor y alegria”. Topa también dijo que lo que más le gustaba cuando era chico eran las películas que hacía con las Trillizas de Oro. “Fueron mis preferidas. Eran únicas”, dijo.
“Era un gran ejemplo de trabajo. Contagiaba alegría y optimismo. Tuve la suerte de hacer en pandemia un video con Panam, también, donde pudimos estar juntos. En mis últimos shows siempre venía con sus nietos”, remarcó.
Una de las Trillizas de Oro, María Emilia, también recordó a Balá. La relación que unía al grupo de hermanas con el artista era muy especial y tenía décadas, ya que cuando las tres eran chicas trabajaron en cine y en otras producciones junto al actor.
“Él hacía un humor muy sano. Fue un lujo haber trabajado con él. Era una persona con una sencillez y humildad poca vista en este rubro”, remarcó la Trilliza, que compartió cartel con Balá en la película El tío disparate.
Allí, convivieron varios meses para hacer ese film. “Nos dábamos cuenta que terminaba la escena porque se apagaba la cámara, porque él seguía haciendo chistes como si nada”, comentó.
La presentadora, además, recordó una anécdota muy especial de Balá que mostraba cómo era su carácter con el público. “Su familia siempre estuvo abocada a él. Había estudiado caligrafía para que esos chicos que recibían los autógrafos supieran qué escribía Carlitos Balá”, cerró.
Carlitos Balá, el animador infantil más querido de la Argentina
Carlitos Balá fue uno de los artistas más queridos del público y especialmente los nenes de unas cuantas décadas. Inventó el “chupetómetro”, una especie de construcción donde se invitaba a los chicos a abandonar el chupete.
Sus frases son marcas registradas del humor nacional y muchos las usan en cualquier oportunidad. Algunas de ellas son: “¿Qué gusto tiene la sal? Salado”; “Ea-ea-ea-pe-pé”; “Mamá ¿cuándo nos vamo’?”; “Está un kilo y dos pancitos”; “Más rápido que un bombero”; y “Sumbudrule”.
Estas y muchas más están incluidas en el libro Aquí llegó Balá: la fabulósica vida de Carlitos, donde se cuenta su vida, infancia, juventud y su consagración como artista popular.
Recibió toda clase de homenajes. En 2016, a los 91 años, visitó al Papa Francisco en el Vaticano y fue declarado “Embajador de Paz”. La Legislatura porteña ya lo había declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad. Hay una estatua de él haciendo su gesto característico en la entrada de la pizzería Imperio de la Pizza.
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Por supuesto, obtuvo el Martín Fierro como premio a su trayectoria y Laura Franco, más conocida como Panam, le dedicó su propio Martín Fierro por su participación en los videos musicales.