Isabel Sarli, la primera gran exponente del cine erótico en la Argentina, murió el 25 de junio de 2019. Tenía 83 años y había sufrido una recaída después de una operación de cadera, que se complicó con una infección urinaria.
Hilda Isabel Gorrindo Sarli nació el 9 de julio de 1935 en Concordia, Entre Ríos, y creció junto a su madre, María Elena Sarli, porque su padre las había abandonado. La pequeña familia se mudó a Buenos Aires en busca de mejores oportunidades de vida.
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Mientras estudiaba taquigrafía e inglés y conseguía su primer trabajo de secretaria, Isabel Sarli empezó a trabajar como modelo. Así saltó a la fama en los años 50. Fue elegida Miss Argentina en 1955. Al año siguiente, en un programa televisivo, conoció a quien fue el gran amor de su vida: el director de cine Armando Bó.
La Coca vivió junto a su pareja durante 25 años, lapso en el que ella no se vinculó con otro hombre, aunque el director estuvo casado hasta su muerte en 1981 con Teresa, la madre de su hijo Víctor Bó. Isabel Sarli, por su parte, adoptó a sus hijos Martín e Isabelita.
Isabel Sarli, un símbolo erótico
Exuberante, sensual y voluptuosa, la Coca Sarli interpretó su primera película erótica, El trueno entre las hojas, en 1958, y se convirtió en la primera actriz argentina en hacer un desnudo completo, en una escena inolvidable. Ella siempre juró que Bó la había engañado al decirle que la iban a grabar desde lejos y no se iba a ver nada.
La película fue un éxito y pronto grabaron otras 28. Entre ellas, La diosa impura (1963), La tentación desnuda (1966), Carne (en donde dijo la icónica frase “Qué pretende usted de mí”, en 1968), Fuego (1969), Desnuda en la arena (1969), Fiebre (1972), El sexo y el amor (1974), Insaciable (de 1979 pero a causa de la censura estrenada recién en democracia, en 1984) y Una viuda descocada (1980).
Sus películas fueron vistas en todo el mundo e Isabel Sarli se convirtió en un símbolo no solamente en nuestro país sino también en Paraguay, México, Panamá, Estados Unidos, Japón y Rusia. Con muchas escenas prohibidas durante la dictadura militar, sus filmes se volvieron de culto cuando se estrenaron con la vuelta de la democracia.
Isabel Sarli, una belleza voluptuosa
No solamente Isabel Sarli lució su voluptuosidad en las películas, sino que en el día a día también exhibió orgullosa sus curvas. Vestidos ajustados con escotes generosos fueron la fantasía de varias generaciones.
Fue un ícono de la cultura kitsch que supo lucir corsets, encajes y lencería seductora. Además, completaba su vestuario con sombreros llamativos, flores enormes y accesorios. Y, en una época donde no estaba mal visto, se ponía pieles y boas de plumas al estilo hollywoodense.
Después de la muerte de su gran amor, Isabel Sarli se recluyó con sus hijos Martín e Isabelita y sus animales. Sin embargo, reapareció en el mundo del espectáculo en 1996, a los 66 años, para protagonizar para el cine La dama regresa, de Jorge Polaco. Y recién en 1998 debutó en el teatro de revistas en la obra Tetanic.
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La Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina la homenajeó en 2008 con el premio Cóndor a su trayectoria. En 2012 fue nombrada Embajadora de la Cultura Popular Argentina, justamente por haber sido un símbolo del cine erótico del país. Y el mismo año recibió el diploma de Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires en la Legislatura.
