Camila Rajchman es la joven que gritaba “Rombai, de fiesta” en todas las canciones del grupo uruguayo de “cumbia pop”. Acompañó a Fer Vázquez desde el debut de la banda hasta 2016, cuando eligió dar un paso al costado y enfocarse a otros proyectos, pero sobre todo a ella. Luego incursionó en los medios y aquellos hits que hicieron bailar a los adolescentes quedaron en un segundo plano.
En diálogo con TN Show, señaló que actualmente trabaja en la TV uruguaya, donde le va muy bien. “Estoy en Desayunos informales, un magazine de Canal 12. Todos los días hago algo distinto y es entretenido. Además de eso apuesto a las redes sociales”, indicó en referencia a las acciones comerciales que hace vía Instagram.
Los primeros meses de pandemia no fueron fáciles, pero afortunadamente logró conservar el empleo: “Dejé de ir a la casa de la gente con los móviles. Empecé a ir a piso y hacía las entrevistas desde ahí. Trabajar presencial me ayudó a no enloquecer”. En el plano privado, reconoce que la convivencia con sus padres fue muy llevadera, ya que se la pasaban jugando y haciendo gimnasia.
Camila siempre quiso trabajar en la pantalla chica y también sobre el escenario. Cuando saltó al estrellato con Rombai sabía que en consecuencia también se le iban a abrir las puertas de la TV. De hecho, en la Argentina participó en el panel de Gran Hermano y cuando regresó a su país las oportunidades no faltaron.
Su deseo es continuar creciendo en los medios. Por ahora su proyecto musical -Blonda- está en stand by por el coronavirus. “Lo dejé ahí para ahorrarme un dolor de cabeza. Sin embargo, ahora estamos retomando conversaciones para poner en marcha nuevos temas. Veremos qué pasa”, adelantó.
La artista no se arrepiente de haber abandonado Rombai en pleno éxito: “Si seguía me hubiese ido de otra forma que no iba a estar buena. Me fui feliz. Podría haber sido mejor, obvio. Pero le tengo mucho cariño a esa etapa vivida. Hace mucho tiempo que no hablo con Fernando Vázquez, tuvimos muchas idas y vueltas”.
Una confirmación de esa felicidad que sintió cuando se sumó a la banda fue su renacer, ya que venía de una depresión. “Siempre digo que Rombai fue la gran oportunidad de mi vida. Me ayudó a pararme desde un lugar de ‘sí, puedo. Me dejo de castigar para salir adelante y ser feliz’. Lo previo fue muy duro, pero me hice fuerte para lo que se vendría, aunque nunca me imaginé ese furor”, precisó.
Su tristeza tuvo que ver con el fin de sus estudios secundarios. Tenía que tomar la decisión de qué carrera quería estudiar y se sentía muy insegura, ya que soñaba con ser artista: “Tenía que resignarme a lo que yo quería para hacer algo que ‘estuviera bien visto’. Elegí la comunicación. Además estaba en una relación muy tóxica y eso no ayudó”.
Por último, Rajchman se mostró contundente a la hora de referirse a una posible vuelta con Rombai: “Con Fer nos tendríamos que tomar un largo café y charlar bastante. Sin eso no podría subirme a un escenario para jugar a ser Rombai”.