El proceso ha durado poco más de dos años, pero Luis y Tessy de Luxemburgo ya no son marido y mujer. Un 18 de enero de 2017, la pareja, muy querida en el Gran Ducado por haber protagonizado una historia de amor poco usual para los rígidos cánones aristocráticos, anunciaba que se divorciaba. Ahora, casi 800 días después, el tiempo de la burocracia ha llegado a su fin, si bien la joven seguirá portando el título de princesa de Luxemburgo hasta el 1° de septiembre.
El improbable matrimonio entre una joven soldado, hija de un ama de casa y un alicatador, y el tercer vástago de los Grandes Duques de Luxemburgo, ha durado formalmente 13 años. Todo empezó en Kosovo, donde ella pasó destinada cinco meses conduciendo vehículos Hummer en una misión de paz de la ONU y él acudió en una visita oficial. La corta edad de ambos no fue un obstáculo para que las cosas avanzaran con inusitada rapidez. Cuando Tessy Antony tenía 20 años y Luis de Luxemburgo solo 19, nacía Gabriel, su primer hijo, en un hospital de Ginebra, lo que llevó al príncipe a renunciar a sus derechos de sucesión. Seis meses después se casaban. Y casi un año después Tessy daba a luz al segundo hijo de la pareja.
Esa familia, surgida en tiempo récord de un flechazo en la guerra de Yugoslavia entre dos jóvenes de mundos aparentemente opuestos, tenía todos los ingredientes para convertirse en foco de atención de los luxemburgueses, pero la relación tenía fecha de caducidad. Ahora, cuando ella tiene 33 años y él 32, el final se ha oficializado. En una entrevista con la cadena luxemburguesa RTL, la joven admitía que los tres últimos años han sido los más difíciles de su vida. "Espero que la gente a partir de ahora me respete por mis méritos y no por mi relación", señaló.
La sentencia obliga a Luis de Luxemburgo a abonar 4.700 euros por año e hijo, esto es, menos de 800 euros al mes, en concepto de pensión alimenticia, y permite a la todavía princesa seguir viviendo en el domicilio que ambos compartían en Londres junto a sus dos hijos. La situación de los menores no parece ser fuente de conflicto para la pareja. "Louis y yo somos muy cercanos cuando se trata de los niños. Seguimos siendo un equipo maravilloso", explicó en la entrevista con RTL.
Tessy de Luxemburgo ha ocupado diversos cargos diplomáticos, entre ellos un puesto en la embajada luxemburguesa en la capital británica, y actualmente es embajadora mundial de ONUSIDA y ha lanzado la ONG Profesores sin Fronteras. Pese al tiempo transcurrido, su experiencia militar sigue muy presente en su vida. "Siempre que doy una charla recuerdo mi periodo en las tropas de paz de la ONU como uno de mis mayores orgullos", presume.
Pese a ello, en su experiencia militar no todo fue agradable. En octubre de 2016 relató al diario británico The Telegraph que sufrió un intento de abuso durante su breve período en Kosovo. "Había momentos en los que quería escapar de ese severo ambiente dominado por hombres. También viví un intento de abuso. Por suerte, tenía el entrenamiento para defenderme por mí misma, algo que por desgracia no tienen cientos de miles de mujeres en todo el mundo", narró en un artículo escrito en primera persona.