Nadie pensaba que Micaela Breque aceptaría volver con Andrés Calamaro después de que él le insistiera obstinadamente para que lo hiciera. Aunque nunca había cerrado la puerta del todo a una reconciliación, la modelo había dejado en claro que le molestaba esta actitud acosadora del músico.
Pero al parecer, las cosas cambiaron y si bien ellos no quieren reconocer que se dieron una segunda oportunidad, están probando la vuelta. El fin de semana, ella fue con él a Rosario, donde El Salmón se presentó con su banda. Allí pasaron unos días románticos.
Ahora, Intrusos los encontró en un restaurante en Palermo, almorzando. Al salir, el cronista los interceptó pero ellos no quisieron admitir una reconciliación. Sin embargo, no negaron que estaban “bien”.
A Calamaro se lo vio contento, cauto en sus respuestas, con ganas de hablar y muy amable. No estaba igual Micaela, que parecía ofuscada y no fue nada simpática con el periodista.
“De eso no voy a hablar, al menos hasta ahora, no tengo ganas. Todo bien, les mandamos un beso, chau”, dijo ella, al ser consultada sobre su relación actual con el músico.
Calamaro dijo estar “muy contento”. “Louis Vuitton habla por mí”, dijo, al ponerse una billetera sobre la boca.
Al ser consultado sobre su divorcio, él se dispuso a contestar, pero Breque fue dura. “De esas cosas no habla la gente. Ubicate un poco”, le dijo al cronista.
Pero él respondió igual. “Eso es complicado. Un divorcio es como un infarto, no hay buenos”, dijo. Con respecto a la hija que tuvo con Julieta Cardinali, Charo, contó que hace lo que puede para verla. “Mi hija conoce a su padre”, aseguró.
