Saturday Night Live no es solo un programa de humor. Es un ciclo televisivo humorístico en donde, a partir de la sátira, se toma una posición política. Por eso, durante un buen tiempo, una de sus estrellas, Kate McKinnon, personificó a Ruth Bader Ginsburg casi como una superheroína. En el primer show en vivo realizado tras el freno por la pandemia, la comediante le rindió un tributo a la jueza de la Corte Suprema de los Estados Unidos que murió a los 87 años.
Cuando finalizó el segmento de Weekend Update, que era donde habitualmente participaba el personaje, McKinnon apareció sentada entre los espectadores del programa, con la túnica negra representativa de la magistrada, usando lentes similares y con un peinado calcado.
La comediante, mientras todos en el público aplaudían, miró a cámara, hizo una reverencia y levantó la mirada hacia arriba -apuntando hacia el cielo-, en recuerdo de la jueza y como una despedida a uno de los personajes que más ovaciones levantaba cada fin de semana. Sobre el final del gag, una placa con la leyenda Rest in Power (descansa en el poder) sirvió para darle un broche final.
McKinnon interpretó a la jueza durante los últimos años, y cuando murió, dijo que haberlo hecho fue una "alegría profunda”, ya que además, pudo conocerla personalmente, lo que significó uno de sus “mayores honores” en su carrera profesional.
“Para muchos de nosotros, la jueza Ginsburg fue una superheroína de la vida real: un faro de esperanza, una guerrera por la justicia, una cruzada con túnica que salvó el día una y otra vez. Siempre pude sentir el amor y la gratitud abrumadora que la audiencia tenía por ella. Fue uno de los grandes honores de mi vida conocerla, estrechar su mano y agradecerle por su servicio de toda la vida a este país", comentó la comediante.
Ruth Bader Ginsburg, histórica defensora de los derechos de las mujeres, murió el 18 de septiembre en su casa de Washington a los 87 años a causa de un cáncer de páncreas. La noticia conmocionó al país, sensibilizó a sectores ligados a diferentes asociaciones civiles y feministas y shockeó a la política, que está metida de lleno en una campaña presidencial a la que se sumó la novedad de tener a Donald Trump con coronavirus.
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Pocos días antes de su muerte, la jueza había expresado la voluntad de que su sucesor fuese designado después de las elecciones presidenciales que se harán el 3 de noviembre. “Mi deseo más ferviente es no ser reemplazada hasta que se instale un nuevo presidente”, había dicho la jueza en una declaración dictada a su nieta Clara Spera.
