Son pocas las series que se mantienen en el aire temporada tras temporada convertidas en un clásico. Es el caso de El mentalista, estrenada en 2008, a la manera de la época, con un éxito indiscutible. Es una serie amable y atractiva, el tipo de ficción que no requiere del público el esfuerzo de concentración, memoria y análisis de otras grandes producciones.
El protagonista es Patrick Jane interpretado por Simon Baker. El hombre trabajaba en la televisión como vidente, una actividad que le proporcionaba una cantidad de clientes particulares y ganaba mucho dinero. Es apuesto y encantador, notablemente seguro de sí mismo, jamás discute, nada lo asusta, siempre tiene una respuesta sencilla incluso para los insultos y nunca pierde el sentido del humor.
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Un día comete un error que va a cambiarle la vida: alguien le pide su opinión sobre un asesino que está asolando la ciudad con sus crímenes: John el Rojo. Jane lo menosprecia y se burla de él.
Ese mismo día, al regresar a su casa, encuentra a su esposa y a su pequeña hija brutalmente asesinadas. Jane deja la televisión, afirma que no es vidente, que no existe tal cosa, y se acerca al Buró de Investigación de California para pedir información, pero ayuda al equipo a resolver un crimen y es contratado como consultor.

Jane insiste en que no es vidente; solo cuenta con una formidable capacidad de observación (a la manera de Sherlock Holmes) pero también maneja la hipnosis, la prestidigidación y el ilusionismo. No importa lo que él diga, el espectador tiene sus dudas: Jane no solo puede resolver un caso en pocos minutos, es capaz de narrar cómo ocurrió y cuándo.
Su trato es tan agradable que puede cautivar a sus compañeros, a sus enemigos, a los presos de una cárcel -si por algún motivo va a prisión- y desde luego a Teresa Lisbon (Robin Tunney), la jefa del equipo BIC que él integra. La relación entre ambos es uno de los atractivos de la serie, puesto que corre entre ellos una evidente electricidad que nunca, digamos, se concreta.

El mentalista, una realización de Bruce Heller, sigue siendo hasta el final una serie como las de antes. Es decir, cada episodio comienza y termina una historia. Salvo algunas excepciones, donde un caso ocupa dos y hasta tres episodios.
El único tema que permanece a lo largo de toda la serie es la cacería de John el Rojo, la pesadilla privada de Patrick Jane. Puede uno entrar en cualquier momento y disfrutar de un relato policial con toques de humor y ternura. En HBO max y TNT.



