Un equipo de exploración interespacial se ve obligado a llevar consigo una unidad de seguridad, un androide construido con tejido humano clonado y partes mecánicas. La unidad que compraron, de calidad “sub-óptima”, hackeó su módulo de obediencia y se independizó.
Para disimular esta grave transgresión, que podría considerarlo fallado y destruirlo, sigue obedeciendo las órdenes de la tripulación y también se bautizó a sí mismo como Murderbot.
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El genio y la gracia de Murderbot es la corriente constante de sus monólogos interiores, sus pensamientos y sus opiniones sobre los humanos. No puede creer lo débiles y estúpidos que son. No entiende que traten de considerarlo un buen amigo cuando él podría masacrarlos a todos en un instante.
A pesar del desprecio que siente por ellos los protege y los salva de animales gigantescos que brotan de la tierra en ese árido planeta. Lo único que Murderbot quiere es que lo dejen en paz para ver su programa favorito, una novela kilométrica llamada El Santuario de la Luna.
Aunque se supone que es una máquina sin sentimientos, casi a su pesar Murderbot comienza a experimentar cosas nuevas. Algunas personas le atraen más que otras, como la capitana, doctora Mensah (Noma Dumezweni) que lo trata como a un hijo, y detesta en especial al doctor Gurathin (David Dastmalchian), un hombre “mejorado”.
Puede odiar tener emociones sobre la realidad o bien pensar: “No me importa lo que te pase. Bueno. Tal vez me importe. Un poco. Pero en general lo que quiero es sentarme tranquilo en un lugar y que nadie me dispare”.
Es impecable la actuación de Alexander Scarsgård como Murderbot. No se mueve de la manera estereotipada de cierta rigidez; su andar es perfectamente fluido pero hay algo en su mirada, cuando no lleva el casco, una cierta lejanía que lo aleja de la humanidad. Su cara, dicho sea de paso, su cuerpo entero, tiene la perfección de un hombre diseñado.
Si la ciencia ficción ha mostrado una constante ansiedad por la rebelión de las máquinas y su amenaza, esta vez se ocupa de la opinión que una máquina puede tener sobre los humanos. Murderbot los juzga, los analiza y prefiere ver su novela favorita que, por lo que se ve, es de una conmovedora ingenuidad.
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Murderbot es una creación de los hermanos Paul y Chris Weitz, sobre All System Red, el primer libro de la popular serie Los diarios de Murderbot, escrita por Martha Wells. Son 10 breves episodios en Apple TV+.