Una de las mayores sorpresas que trajo Netflix este 2025 fue el live action de un verdadero clásico de la historieta nacional, El Eternauta (1957-1959), original de Héctor Germán Oesterheld e ilustrada por Francisco Solano López.
Tras este exitoso lanzamiento, el público lector reavivó el interés por su narrativa postapocalíptica. Pero además, la serie alcanzó a un público joven que conectó de inmediato con esta propuesta que tomó los elementos originales del cómic y los reformuló para adecuarlos a un contexto más actual.
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Uno de los elementos más llamativos de esta reinterpretación de El Eternauta, es la aparición de los icónicos “cascarudos”: esos monstruos insectoides que actúan como primera fuerza de choque en la trama. Su presencia genera terror entre la población, pero también activa el instinto de supervivencia de aquellos que deciden hacerles frente.
Lo que se descubre a lo largo de esta historia, es que estas bestias no actúan por voluntad propia. Son una suerte de “peones” teledirigidos por inteligencias extraterrestres que operan desde las sombras con el único propósito de invadir la Tierra y dominar a sus habitantes.

Uno de sus mayores atractivos recae también en su fundamentación histórica. Estos animalejos recuerdan el costado más cruel de la crónica negra argentina: hacen referencia a las fuerzas represoras, herramientas de control social muy propia de los gobiernos autoritarios.
Los cascarudos en “El Eternauta”, un logro “made in Argentina”
Estos escarabajos también son prueba del gran compromiso de la industria audiovisual argentina por conquistar nuevos límites. En este caso, con las mejores técnicas para la creación de imágenes 3D y efectos visuales, que nada tienen que envidiar a las producciones hollywoodenses.
En cuanto a la creación de los “cascarudos” para esta nueva versión de El Eternauta, la “colmena base” fue el taller del estudio de realizaciones Sodapasta. Sus dueños, Gonzalo Furlani y Tomás Dalton junto a su equipo, fueron los encargados de construir la figura que sirvió para recrear a los crueles antagonistas de esta apocalíptica serie.

En conversación con TN Show, el dúo creativo sorprendió al contar que para dar vida al enjambre de escarabajos que se ve en la ficción solo se necesitó construir uno. Este único ejemplar quedó bajo el resguardo de Netflix, pero se recuperó temporalmente para que TN, en exclusiva, pudiera retratarlo en dimensiones reales.
Cómo fue el proceso de construcción del primer cascarudo de la serie “El Eternauta”
A simple vista, el modelo a escala real resulta intimidante, especialmente para quienes se impresionan con ciertas especies de insectos. Pero apreciado en cada uno de sus detalles es de una genialidad tremenda. Más aún, cuando los profesionales a cargo de este magnífico trabajo de realización en 3D, cuentan su experiencia en primera persona.
-¿Cómo les llegó la propuesta para ser parte de la producción de El Eternauta?
-La propuesta nos llega a través de Julián Romera, director de arte. Él nos trajo el archivo 3D del cascarudo y en base a eso empezamos a desmembrar para poder producirlo y llevar a cabo todo el proceso de elaboración.
-Esta versión del cascarudo que se ve en la serie El Eternauta, ¿es fiel copia del original o crearon una versión totalmente nueva?
-En el diseño del cascarudo intervinieron Julián Romera, un modelador y todo un equipo. A nosotros nos llegó ese trabajo finalizado. En base a ese archivo, nosotros lo llevamos a la realidad.
Tenemos una máquina grande de un metro cúbico para hacer piezas más grandes y lograr el tamaño del cascarudo.

-¿De qué está hecho este ejemplar para que tenga ese aspecto aterrador y tan realista?
-Está impreso en PLA (un plástico biodegradable) para las partes externas. Internamente, tiene todo un esqueleto de hierro a medida, con rótulas en cada una de sus articulaciones.
Todo eso está pegado a la piel de PLA con espuma de poliuretano. Usamos resina epoxi teñida en color marrón como base. Las antenas que tienen las patas son burletes de goma y látex, pero las barbas de boca de ballena son de pelo de peluche largo tratado con gel para que se vea duro y pegajoso, y luego se le aplicó aerografía con pintura al agua.
-¿Cuántos cascarudos se tuvieron que construir para la serie?
-Nosotros construimos solo un cascarudo y paseó por distintas escenas del rodaje, y los demás que vieron son hechos en posproducción de forma digital. Éste servía para iluminar, para armar cuadros o para que los mismos actores vean su tamaño e interactuaran con él. Gracias a este soporte, ellos y toda la producción trabajó mejor.

-¿Cuánto tiempo les llevó hacer este modelo que usaron para la serie?
-En realidad este modelo lo hicimos hace un año, pero estuvimos como dos meses trabajando en lo que es la construcción.
-¿Imaginaron la repercusión que tuvo esta serie y en particular este personaje?
-A nosotros cuando nos llega este trabajo nos copaba la idea de trabajar para El Eternauta, pero lo tomamos como un trabajo más. Fue un proceso como cualquier otro, lo desarrollamos y lo hicimos, pero nunca nos imaginamos la repercusión que iba a tener el cascarudo.
Hay gente que pasa frente a la productora, lo ve y quiere tomarse fotos con él. Prácticamente, es una estrella más.
-¿Tuvieron contacto con los actores que formaron parte de la serie?
-Al set no fuimos, acá teníamos otros líos (risas). Además, Netflix en sus producciones prohíbe que vaya gente externa a los sets para evitar que saquen fotos, protegen mucho su contenido, pero seguro hay alguna foto con los actores.

Hace un año lo construimos y en todo este tiempo no pudimos publicar nada del material. Así pasa con muchas producciones. Hay contratos de por medio que protegen sus ideas. Son derechos de producción.
-El final de El Eternauta quedó abierto: adelantanos un poco, ¿están trabajando en la segunda parte?
-Es verdad, queda abierto el final, pero no quiero spoilear nada. Como todos saben, la segunda temporada está en proceso y esperemos ser parte del proceso de producción, ya que para nosotros es un gran orgullo haber trabajado en El Eternauta.