Su nombre completo es Orlando Rafael Alfonso Subero pero para efectos de esta nota, Orlando Alfonzo parece más acorde para relatar la historia de este actor venezolano. Tiene 38 años y reside en la Argentina desde 2014, hace casi una década. Su determinación, disciplina y valentía forjaron el camino de su trayectoria personal y profesional, que como en todos los casos de superación y éxito, recuerdan al clásico ícono de las máscaras del teatro: sí que hay llanto, pero también muchas sonrisas para compensar.
En su relato, Alfonzo contó a TN Show que aunque su carrera actoral le ganó notoriedad, en realidad su formación a nivel académico también pasó por la universidad. Se recibió como ingeniero en sistemas y cursó la carrera de comunicador social, aunque no pudo culminarla.
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La historia de Orlando no dista de la de muchos venezolanos que como él, huyeron de la represión política, la escasez y el hambre, así como la falta de oportunidades profesionales en su país de origen.
Durante su primer abordaje con TN Show, el joven relató que decidió migrar el mismo año en el que se desataron fuertes protestas estudiantiles contra el primer gobierno del actual presidente venezolano, Nicolás Maduro. Su experiencia en primera persona con la censura, el miedo y la represión, fueron el escenario que forzó su salida, pero que al mismo tiempo abrió las puertas a increíbles oportunidades de crecimiento y superación personal.
Actualmente, Orlando Alfonzo forma parte del elenco de Días de Gallos, producción original de Zeppelin Studios y transmitida por HBO Latinoamérica en su segunda temporada. El elenco reúne a figuras como el rapero Ecko, los intérpretes de música urbana Klan, Cacha y Roma y figuras protagonistas como Stefi Roitman y Ángela Torres. En esta oportunidad, el venezolano interpreta al villano de esta historia.
Argentina, la tierra prometida: una historia de migración y sueños de éxito en dos valijas
-¿Cuál fue tu último trabajo actoral en Venezuela?
-En Caracas hice un último montaje como actor y director. La obra se llama Habitación independiente para Hombre Solo, sobre la época del Caracazo en 1989. Hice una comparativa de todas las causas económicas sociales que originaron el golpe del Estado, con la situación económica y política del momento. Como artista, era mi manera de hacer crítica, entendiendo que los artistas fueron muy golpeados por el gobierno de Hugo Chávez.
-¿Sentiste miedo o arrepentimiento por haber manifestado tu descontento?
-En toda esa situación hice lo que estaba a mi alcance como estudiante. Participé en las protestas porque sentía que tenía que hacer algo por el país y no quedarme de brazos cruzados. El problema vino con las amenazas, porque tampoco podía esperar a que me mataran. Todo eso generó una una sensación de asfixia, y decidí emigrar. Me costó mucho tomar esa decisión.
-En tu relato contás que hubo amenazas. ¿Hubo represalias por el tema de tu obra o surgió otra cosa?
-Sí, cubrí una manifestación en el centro de Caracas. Los medios no lo hacían por temor a la censura, así que comencé a tomar fotos y las ponía en mi Twitter. El Diario de Caracas tomó mis tuits y citó mi usuario. Comenzaron a llegar mensajes de texto a mi celular tipo “Sabemos donde está tu familia, dónde vives, deja de publicar fotos”.
-¿Cuál crees que fue tu mayor aprendizaje como joven migrante?
-Perseverar y tener capacidad resolutiva. Confiar en la formación y el criterio que nos forjaron por la formación familiar y en la buena voluntad que las cosas se van a resolver. Hay que tener fe y trabajar muy duro, eso te prepara para cuando llegan las oportunidades. Hay que estar atento y tener los sentidos bien abiertos.
-¿Cómo resultó tu proceso de migración? ¿Pudiste conectar con el mundo actoral o fue un paso a paso?
-Una razón por la que vine a la Argentina, fue porque es muy conocida por su movida cultural. Yo quería irme a un lugar donde pudiera ampliar mi carrera como actor y Buenos Aires era un destino perfecto para ello. Pero por supuesto, en el medio hice de todo: recuerdo que mi primer trabajo fue en un restaurante como mozo en San Telmo entre Chile y Defensa, donde está Mafalda.
Con el tiempo ingresé al Ministerio de Educación por mi trabajo como actor. Me pagaban por narrar cuentos en la colonia de vacaciones en el parque de la Ciudad, que es un lugar hermoso. Me ofrecieron dar clases de lectura y escritura en las escuelas públicas. Tengo siete años dando clases en espacios educativos y además, tengo un libro publicado para niños.
-¿Crees que en la Argentina tuviste oportunidades para crecer que en Venezuela?
-Argentina tiene una mejor estructura para el trabajo del actor, pero además de eso acá hay castings, hay audiciones para teatro para cine y series. Argentina es una de las capitales de América Latina que produce para plataformas y eso también hay que tomarlo en cuenta. En Venezuela es más cerrado. Hice muchas publicidades, pero para teatro, por ejemplo, generalmente llaman a los que conoce el director. En ese rol, puedes convocar o armar tu grupo de teatro y produces tu obra.
Orlando y su proceso para encarnar a “Ronnie” en “Días de Gallos”
-¿Cómo llega tu gran oportunidad para participar en esta producción de HBO?
-Vi la convocatoria en Instagram. Fue difícil, extenuante, muchas horas de grabación. Tuvo su complejidad el proceso de casting, sobre todo porque fueron dos días.
-¿Podrías contarnos de qué va la serie Días de Gallos?
-En la primera temporada muestran la incursión del protagonista, León, en el mundo del freestyle. Realmente entra en este mundo porque le gusta una chica. Participa en una competencia, la rompe y de ahí, va mejorando y comienza a escalar posición. También invitaron a cantantes de distintos géneros musicales argentinos para participar.
En esta segunda temporada vemos como crece artísticamente y se enfrenta a un mundo que contrasta con lo que él quiere vivir con sus amigos y su familia. La típica confrontación de la vida del artista. Esto le pasa a los actores, a cualquier persona convertida en una figura muy mediática, pero bueno, en este caso está enfocado en el freestyle.
Ha sido un movimiento que acá en la Argentina ha ganado terreno. A mí me gustan por ejemplo los videoclips de los personajes: por ejemplo, si León, está pasando por una crisis existencial, se ve a través de una canción o en videojuegos y cuando termina la secuencia, vuelve al sitio de origen.
-Hablanos un poco sobre Ronnie, tu personaje en la serie.
-Mi personaje se llama Ronnie, es el CEO de una discográfica que le ofrece un contrato a León para representarlo. Particularmente, mi personaje es el villano, es decir, quien le abre las puertas a la internacionalización, pero eso viene con un montón de exigencias que León, a medida que avanza la segunda temporada, no quiere cumplir.
Ronnie refleja ese mundo de las disqueras, estas grandes transnacionales que consiguen talentos, los endulzan con posibilidades de fama y éxito y bueno, la letra pequeña es que sería como vender el alma al diablo.
Pero parte importante del personaje en la trama, es su vínculo con el protagonista. La producción de Días de Gallos pensó para este personaje buscar a un actor caribeño, para explotar ese encanto, la zalamería envolvente, muy nuestra pero llevado a un nivel de oscuridad.
-¿No suena un poco a estereotipo?
Puede ser, pero fíjate: si yo te hablo de un cantante de reggae, tú tienes una imagen en la mente. La propuesta de la serie no es fantástica ni absurda, sino realista. Entonces, ¿Cómo construimos al empresario de una discográfica donde los cantantes son de géneros urbanos caribeños? El tipo tiene que tener ropa estampada y cadenas de oro, porque si tú ves a Daddy Yankee y otros artistas, rápidamente los asocias con eso.
Y queda genial porque se entiende rápidamente. Hay todo un estudio del personaje y buscaron a la persona que consideraron encajaba, y que podía realmente lidiar con el peso que conlleva personificarlo.
En tu criterio, ¿Qué aprendizaje deja la historia de Días de Gallos a los jóvenes que siguen la serie?
En la serie queda bastante evidenciado la importancia de darle valor a quién eres, a lo que sientes, a no juzgarte. Creo que ese es un gran mensaje, valorar quiénes somos, todo nuestro universo emocional y la amistad también.
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¿Cómo se siente tu familia ante tu participación en este proyecto y con tu carrera en general? ¿Tuviste problemas para convencerlos o te apoyaron desde el principio?
Mira, ellos están muy contentos, muy chochos. Mi hermana está en Barcelona, así que le toma captura al televisor y lo publica en sus redes. Mis padres no tenían HBO y se suscribieron para poder ver la serie. Tengo familia en Estados Unidos y todos están muy felices.
Mi mamá siempre me apoyó, pero mi papá al principio veía feo el tema. Eso pasó porque cuando me gradué de ingeniero me ofrecieron un tremendo empleo, pero si me iba de Venezuela tenía que dejar mi grupo de teatro. A mi papá no le entraba en la cabeza que yo dejara un trabajo en Panamá para ganar en dólares, porque quería hacer teatro en Caracas. Fue complicado, pero ahora está muy orgulloso.
-¿Cuál dirías que sería para vos la mayor cuota de sacrificio que implica el ser actor?
-Diría que la inversión de tiempo que requiere estar en rodajes, Todo el trabajo, el tiempo, la energía que requiere estar en montaje, así que bueno, se tiene menos tiempo para compartir con los amigos.
-Y por último: tu mayor enseñanza en toda esta experiencia de la mano de Días de Gallos.
-El aprendizaje que me deja la historia de León y lo que pasa en la serie, es que uno tiene que ser fiel a sus valores. Confiar en el talento, tener paciencia y ser constante. Las oportunidades van a aparecer.