Indiana Jones y el dial del destino se presentó en Cannes en el marco de un homenaje a Harrison Ford, un premio a su trayectoria. Y así podría pensarse este regreso y despedida de Indiana Jones, el arqueólogo que se convirtió en uno de sus personajes icónicos. El film llega 42 años y tres películas después del estreno de la extraordinaria En busca del arca perdida. Bajo la dirección de Spielberg, este combo insuperable de aventuras, inteligencia, humor y placer visual marcó el cine popular en los ochenta.
En Indiana Jones y el dial del destino, el esperado cierre para Indiana, el director James Mangold concibe el homenaje, que es también al cine de aventuras clásico, de la vieja escuela, con la tecnología de hoy, que permite ver a Ford joven y menos joven, nuevos personajes y muchas peripecias que viajan por el mapa y el tiempo. Lo acompañan la británica Phoebe Waller-Bridge, Mads Mikelsen, Toby Jones y Antonio Banderas, en un pequeño rol.
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Es una lástima que todo eso no termine de transmitir más que una especie de mímica gigantesca sobre Indiana Jones. Excepto por el placer de ver al octogenario Ford disfrutando “cada minuto”, como nos dice en una entrevista virtual, junto a Mangold.
¿Cuál es el público 2023 de Indiana Jones y el dial del destino? Acaso un cruce entre generaciones, las que aman al personaje y los hijos que lo conocieron por sus padres. La nostalgia, gancho acostumbrado en los grandes regresos, funciona como motor desde que fue anunciado el proyecto que ahora se estrena en la Argentina.
Qué dijo Harrison Ford sobre la última película de “Indiana Jones”
“No queríamos depender de la nostalgia, sino presentar un nuevo aspecto de su personaje, contar una nueva historia. Hacer una película que presentara nuevos personajes y desafíos para Indiana. Queríamos aprovechar su edad para representar una etapa diferente de su vida y confrontar asuntos comunes a todos los que la atraviesan”, dice Ford en diálogo con TN.
Sobre la producción, agregó: “Es una película con secuencias increíbles, persecuciones con una emoción genuina en su corazón. Y una enorme, compleja interconexión entre distintos elementos que sirven para contar su historia, sin depender de la nostalgia. Creo que se sostiene sola, para los que no vieron ninguna de las otras, por la forma en que está contada. Y siempre sentí, ya que lo vimos en distintos momentos de su vida, que sería interesante, que quería ver a Indiana viejo, reconociendo su edad. Disfruté cada minuto de esto”.
Por su parte, Mangold está convencido de que un héroe analógico en tiempos digitales, y una película que homenajea, en su forma, al cine de aventuras de la vieja escuela tienen mucho para decirles a las nuevas audiencias. “Toda mi carrera ha sido un poco así, y de alguna manera pude mantener a mi familia y seguir haciendo películas. Es que se hace mucha mierda. Todo el mundo está excitado con la basura, y yo no voy a hacer basura”, dispara.
“Estoy feliz de hacer una película de la vieja escuela y ver si la gente acude a verla. Lo último que quiero hacer es anestesia, esas películas que llevan a la gente a pasar un rato para inmediatamente olvidarse de qué estuvieron haciendo durante las últimas dos horas, y ni se acuerdan de la película que vieron. Toma mucho más trabajo hacer una de esas. Me siento cómodo desafiando a los nuevos públicos a salir de casa para ver una película que parece pasada de moda, aunque hay mucha tecnología nueva en ella, y nuevos personajes. Es que nuestro trabajo es contar una historia, y no todo puede ser hecho para gente impaciente”, concluye.
