A los 76 años, Sylvester Stallone volvió a reinventarse una vez más en el cine de acción. Justo en pleno proceso del mediático divorcio de su esposa, que ubicó su nombre en todos los portales del espectáculo, su figura también escaló en las tendencias globales gracias a un aspecto mucho más grato, como es el estreno de su nueva producción, Samaritan.
En la explosiva, incendiaria y entretenida película, el actor se mete en la piel de un superhéroe retirado y desgastado por los años, que, sin demasiadas ganas, se topa con una premisa ineludible: debe resolver cuestiones muy profundas del pasado, en medio de piñas, tiros y bombas que estallan.
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Con Samaritan, Sly quiere olvidar a Rocky y Rambo para mirar al futuro, en lo que tranquilamente podría transformarse en una franquicia de ficciones con un rico universo a explorar.
De que se trata “Samaritan”, la nueva película de Sylvester Stallone
Dirigida por Julius Avery, creador de la magnífica Operación Overlord, Samaritan se mete en la historia de Sam Cleary (Javon “Wanna” Walton), un nene de 13 años que vive junto a su madre (Dascha Polanco) en la ciudad distópica de Granite City.
En ese escenario, en el pasado, dos hermanos con poderes, Samaritan y Némesis, lucharon en una pelea sin cuartel en la que uno murió -el malo- y el otro sobrevivió -el bueno-.
Cuando Sam hace lo que sea para sobrevivir, la delincuencia, que está a la vuelta de la esquina, podría traerle más de un dolor de cabeza: uno de los mafiosos, Cyrus, quiere liderar una especie de revolución del mal, en la que él queda metido.
En ese barrio sucio y roto también pasa sus días Joe Smith (Sylvester Stallone) un recolector de basura que no se mete con nadie y vive solo. Cuando Sam menos lo espere, su vecino intervendrá para mostrar una cara que nadie espera.
Qué funciona de “Samaritan”, la nueva película de Sylvester Stallone
Si hay algo que funciona a la perfección en Samaritan es la acción que progresivamente va transformando a la película desde un entretenimiento pasatista a una producción que expone una potencia diferente al resto de las películas de superhéroes.
Avery dirigió un guion original de Bragi F. Schut que, primero, se pensó como película, aunque también tuvo su novela gráfica independiente publicada por el sello Mythos Comics.
Con un interesante teaser inicial que anticipa la lucha de los hermanos Némesis y Samaritan, la dinámica de Stallone con Javon “Wanna” Walton -famoso por su trabajo en Euphoria- es uno de los buenos ejes del film.
Pero lo que verdaderamente rompe los esquemas es el tercer acto. Sin caer en spoilers, la apilada de trompadas, patadas, tiroteos, autos destruidos y explosiones del desenlace pagan todo lo demás.
Cuáles son las influencias de “Samaritan”, la nueva película de Sylvester Stallone
Samaritan está mucho más cerca del mundo de Robocop que del de Avengers o Liga de la Justicia. Esa ciudad oxidada y rota de Detroit City donde vivía el policía de metal parece ser lo que inspiró al diseño destrozado y roñoso de Granite City, muy lejos de la estilizada Nueva York de Marvel.
A la vez, muchos de esos villanos que dan vueltas tiene un dejo de las pandillas latosas de Mad Max o de las bandas de criminales de The Warriors. El eco de El protegido, de M. Night Shyamalan y protagonizada por Bruce Willis se escucha en el ambiente, también.
Samaritan podría haber estado más cerca de The Boys si hubiera apelado a desencadenar el gore de esa serie, pero Avery intentó apaciguar ese aspecto que podría haber tenido para mostrar algo más ATP y menos adulto.
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Independientemente de la sangre que podría haber tenido el film, Stallone logró su objetivo: volvió a erigirse como figura indiscutible de la acción, no importa la edad que tenga.
