El género del stand up es aquel en el que un comediante se para frente al público para dar un monólogo. El concepto de su humor está integrado en el propio significado de la palabra: si alguien “está de pie” es porque antes se cayó y, luego, se levantó. Las realidades que se narran en un show de esta clase siempre están ligadas a las miserias humanas, la ridiculez que rodea al mundo y el concepto de reírse de uno mismo. Pero hay un elemento que sobrevuela a cada uno de los espectáculos de este estilo. Si no hay sarcasmo e ironía, difícilmente funcione. La serie Seinfeld hace gala de manera única de estas características y por eso fue la mejor sitcom de la historia.
Este fin de semana la serie creada en 1989 por Jerry Seinfeld y Larry David volverá a estar disponible en una plataforma de streaming a nivel mundial. Finalizada en 1998, en lo más alto de su popularidad y con un rating arrollador, la sitcom trataba en cada uno de sus 180 episodios las situaciones que vivían cuatro amigos neoyorquinos cínicos, desconsiderados y, en algún punto, miserables.
Jerry Seinfeld, un comediante interpretado por el mismo humorista; George Costanza, su mejor amigo y muy parecido a Larry David encarnado por Jason Alexander; Elaine Benes, el personaje de la magnífica Julia Louis-Dreyfus; y Cosmo Kramer, que diseñó el eléctrico, torpe y surrealista Michael Richards.
Cuáles fueron los orígenes de “Seinfeld”
Larry David era uno de los guionistas del todavía vigente show Saturday Night Live. Tras renunciar a ese ciclo, junto al humorista de stand up Jerry Seinfeld, colaboraron juntos en un especial que se emitió en 1989 en la cadena NBC que se llamó The Seinfeld Chronicles. Ese fue el germen de lo que después se agigantó en la sitcom.
El show desdibujó las líneas de la realidad y la ficción. Los diálogos, situaciones y eventos que ocurrían en sus capítulos se entremezclaban con personajes e historias verídicas, igual que en el stand up, toda una novedad para ese formato que después contagió al resto. Por ejemplo, el capítulo “The Contest”, en el que los protagonistas apostaban para ver quién resistía más tiempo sin masturbarse, fue inspirado en “hechos reales”.
“Eso se basó en algo que realmente me pasó. Un día estaba hablando con un amigo mío y nos decidimos a hacer esta apuesta. Gané el concurso”, comentó Larry David, en una entrevista que le hizo Conan O’Brien para su talk show.
La forma en la que se mostraban los cuatro frente a las conductas de los demás era la mirada de los creadores frente a una sociedad que actuaba de esa manera. La Segunda Guerra Mundial, el sexo, el aborto, las posiciones políticas de derecha, la presión del rating en la televisión, el matrimonio, la cultura judía neoyorquina, las costumbres típicas estadounidenses, la xenofobia, la homofobia: se burlaba de todos los temas más ríspidos y, a la vez, creaba sentido.
Por qué Seinfeld era una serie “sobre nada”
Fue en la cuarta temporada en la que quedó marcado para siempre su eslogan de que Seinfeld era “sobre nada”. ¿Por qué? Durante el episodio “The Pitch”, el tercero de la cuarta temporada, George tiene una charla típica con Jerry en el bar sobre aderezos. Jerry tira un remate. “De esto se tiene que tratar nuestro show”, comenta Costanza. “Si, claro”, responde el comediante. “Es un show sobre nada. Todo el mundo hace algo y nosotros no hacemos nada. Es sobre nada”, devuelve su amigo.
Que sea “sobre nada” no significa que su contenido esté vacío. Todo lo contrario. A lo largo de las nueve temporadas que duró, Seinfeld fue incorporando elementos cada vez más complejos en su realización. A medida que su éxito se masificó y sus actores se volvieron verdaderas estrellas, el presupuesto creció y la serie empezó a salir cada vez más de los decorados clásicos de los shows de ese tipo para desplegar sus tramas, muchas veces, al aire libre.
A la vez, la cinefilia se exponía todo el tiempo. Hay varias referencias desperdigadas de Alfred Hitchcock; de las películas Marathon Man y Bajos instintos; del humor físico de Charles Chaplin y Buster Keaton; de Francis Ford Coppola por El padrino y Apocalipsis Now; de Tiempos violentos de Quentin Tarantino; de El ciudadano de Orson Welles; y de JFK, de Oliver Stone, entre muchas más.
“Seinfeld” y la cultura de la cancelación
En los últimos años hubo un replanteo general sobre ficciones del pasado por algunos contenidos polémicos. Es así como, de forma retrospectiva, desde diferentes espacios se terminaron objetando o cancelando dibujitos, capítulos de series, películas o, incluso, artistas. En algunos casos, de manera justificada. En otros, arbitraria: desde el beso no consensuado en Blancanieves y los siete enanos hasta la película Lo que el viento se llevó, todo puede entrar en la cultura de la cancelación.
Cuando se supo que Seinfeld fue comprado por Netflix para su plataforma, un sitio publicó una nota que cuestionaba algunos chistes que se mostraron a lo largo de la historia de la serie. “Estas 13 bromas de Seinfeld son muy ofensivas en la actualidad”, se llamó la nota escrita por Angelica Florio para el portal Bustle. Más allá de los límites que David y Seinfeld corrían todo el tiempo en sus guiones, la sitcom tiene más de 30 años y fue una adelantada en temáticas muy complejas.
¿Pudo haber tenido errores en la forma en la que se encararon los gags? Sí. El artículo menciona algunos, sobre todo los que tienen que ver con la diversidad sexual y la xenofobia. Pero Seinfeld siempre proponía ironizar a quienes actuaban como los personajes principales: la sitcom era una feroz crítica a la sociedad que, en la actualidad, sigue teniendo vigencia.
En una rueda de prensa para promocionar su llegada al streaming, Jerry Seinfeld habló de la cultura de la cancelación. Cuando le preguntaron si cambiaría algunos episodios, dijo que en algunos casos le encantaría, aunque no piensa que serviría de algo.
“Hay varios de ellos en los que me encantaría otra oportunidad, pero realmente no creo filosóficamente en cambiar o incluso pensar en el pasado. Es solo mi filosofía de vida. Simplemente sucedió de la forma en que sucedió. Creo que el arrepentimiento es una posición filosófica con la que no estoy de acuerdo”, comentó. Luego expuso que si le dieran una máquina del tiempo “en algunos arreglaría algunas cosas“.
Seinfeld está inmersa en una década como la del ‘90 en la que el individualismo estaba cada vez más aferrado a un capitalismo que empezó a dominar sin contemplaciones. También se realizó en medio de una sociedad tan liberal, por un lado, y conservadora, por el otro, como la neoyorquina. El resultado final fue el de uno de los exponentes televisivos más nobles de su época que hace reír y reflexionar al mismo tiempo. Razones de sobra para no cancelarla nunca.