Una madrastra, siete enanitos, un espejo que habla, una manzana envenenada y un príncipe son los elementos con los que rápidamente uno puede saber que se está hablando de Blancanieves. La historia que Walt Disney llevó a la pantalla en 1937 en una versión infantil se basa en un libro de 1812 de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, autores de otros éxitos como Caperucita Roja, La Bella Durmiente y Hansel y Gretel. Sin embargo, como ocurre con estos clásicos, sus orígenes están muy lejos de la inocencia que muestran en el cine.
Hay varias teorías que apuntan a que la historia de Blancanieves estuvo inspirada en la vida de una mujer real, aunque las investigaciones realizadas hasta el momento tienen dos candidatas para ese puesto: la baronesa María Sophia Margaretha Catharina von Erthal y la condesa Margaretha von Waldeck. Liberando la imaginación, cada lector puede quedarse con la versión que prefiera y por eso en esta nota presentamos a ambas protagonistas, una de las cuales murió muy joven y la otra, ya mayor, ciega y sola en un convento.
Maria Sophia Margaretha Catharina von Erthal
Según un grupo de historiadores, Blancanieves se basa en una joven nacida nacida en 1729 en Lohr am Main, Baviera. Hija del príncipe Philipp Christoph von Erthal y la baronesa von Bettendorff, la joven se quedó huérfana de madre en 1741. Poco tiempo después, su padre se casó con Claudia Elisabeth Maria von Venningen, condesa de Reichenstein, que tenía hijos de un matrimonio anterior.
Maria Sophia era muy querida en Lohr y se la pasaba rodeada de chicos que trabajaban en las minas de hierro propiedad de su familia. Los nenes, que durante el día debían cavar y picar, tenían un aspecto envejecido y estaban desnutridos. Debido a su pobreza, vestían largos abrigos y gorros... tal como a los enanitos del cuento.
Al parecer, el vínculo entre María Sophia y su madrasta nunca fue fácil debido al carácter dominante de esta última. A ciencia cierta se desconoce si la mujer fue verdaderamente cruel con la joven pero lo que sí podría haber ocurrido es que marcara diferencias entre sus hijos biológicos y su hijastra.
Si bien no hay un estudio certero que compruebe que el relato de los Grimm se basó en la vida de María Sophia, hay elementos que llevan a creerlo y uno de ellos es el regalo que el padre de la joven le hizo a su segunda esposa: un espejo de un metro sesenta que repite todas las palabras pronunciadas frente a él debido al efecto de la reverberación. En la actualidad, este objeto se encuentra en el castillo de Lohr, donde funciona el Museo del Spessart.
Holger Kempkens, director del Museo Diocesano de Bamberg, en el sur de Alemania, explicó en declaraciones a la BBC en 2019: “La historia de la vida de Sophia era bien conocida a principios del siglo XIX. Los hermanos Grimm hicieron literatura a partir de las historias que escucharon de la gente local. Hay indicios, aunque no podemos probarlo con certeza, de que ella fue el modelo de Blancanieves”.
A María Sophia nunca la encontró el príncipe del cuento. Soltera, se mudó a un convento en Bamberg donde quedó ciega y murió a los 71 años. Sus restos fueron enterrados en una iglesia que posteriormente fue derrumbada. En su lápida -que fue recuperada hace unos años y donada al museo- su epitafio dice: “La noble heroína del cristianismo: aquí descansa después de la victoria de la fe, lista para la resurrección transfigurada”.
Margaretha von Waldeck
Se trata de una condesa alemana que nació en 1533. Fue la segunda hija de Felipe IV, conde de Waldeck-Wildungen y su primera esposa. Con apenas cuatro años, su madre murió y al poco tiempo su padre se casó con Katharina von Harzfeld. Dueña de una belleza excepcional, la joven creció en una ciudad minera en la que trabajaban chicos.
Ya tenemos a los “enanitos” y a la madrastra en la historia. A ellos se suma el espejo, que fue -al igual que en la historia de nuestra primera Blancanieves- un regalo del padre de Margaretha para su segunda esposa.
El historiador alemán Eckhard Sander, en su investigación titulada “Blancanieves: ¿un cuento de hadas?”, citada por la BBC, explicó que cuando Margaretha tenía 17 años, su padre la envió a la corte de María de Hungría de Bruselas, gobernadora de los Habsburgo de los Países Bajos y hermana de Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano por un objetivo particular.
La intención del hombre y su esposa era mejorar la relación con el emperador y lograr la liberación de Felipe I, Landgrave de Hesse, que había sido encarcelado en Bruselas.
El caso es que allí Felipe II de España quedó deslumbrado por la joven y hasta tuvo intención de casarse con ella. Pero la unión no tenía del todo la aprobación de sus familias y fue descartada.
La condesa murió a los 21 años a causa de una misteriosa enfermedad. Se especuló con que fue envenenada pero eso nunca se comprobó. Sin embargo, los relatos de la época mencionan un curioso suceso que ocurrió en ese momento: el arresto de un hombre que le regalaba manzanas con veneno los nenes que robaban frutas de su huerta. Algo aterrador y a la vez, un atisbo de la historia de Blancanieves.
Ya sea Maria Sophia Margaretha o Margaretha von Waldeck alguna de las mujeres que inspiraron el cuento de los hermanos Grimm (ambas huérfanas a temprana edad y al cuidado de madrastras que no les tenían el más mínimo afecto), la historia de estas protagonistas está cargada de elementos similares al cuento que hicieron que un relato producto del folklore alemán se convirtiera en un clásico de la literatura infantil.