En el último tiempo Santiago Maratea lideró campañas y recaudó dinero para diferentes causas. Luego anunció que con el monto que sobró de esas campañas, pagaría el traslado de Tamy, un elefante que vive en el Ecoparque de Mendoza, a un santuario en Brasil. Daniela Cardone alzó la voz en sus redes sociales y se manifestó en contra de ese destino. En su lugar propone que la lleven a Tekove Mymba, una fundación argentina.
El influencer compró dos ambulancias para una comunidad wichi en Salta, pagó el tratamiento con la medicación más cara del mundo para Emmita y el viaje de los atletas argentinos al Sudamericano de Guayaquil. En total le sobraron 30 mil dólares y alrededor de 300 mil pesos.
Además de ayudar a Uriel, un bebé de 11 meses que necesita un implante que cuesta 12 mil dólares para poder escuchar, se propuso colaborar con Tamy, un elefante que se encuentra en el Ecoparque de Mendoza y debe ser trasladado a un santuario en Brasil para vivir “con dignidad, sin explotación animal”.
La iniciativa fue celebrada por sus seguidores, pero Cardone -que es una de las abanderadas en la protección de elefantes en el país- explotó al enterarse de la noticia en sus redes sociales. Es que le llegó la información de que la Associacao Santuario de Elefantes de Brasil no sería el paraíso del que hablan e inició una campaña para que Tamy sea trasladado a otro lado.
Con la ayuda del abogado Martín Francolino presentó una denuncia ante la Justicia, donde pidió que detengan este proceso. “El santuario de elefantes en Brasil que de santo no tiene nada”, tituló en una nota el letrado que aclaró que no duda de las buenas intenciones del influencer.
En la misma línea, en sus redes sociales la modelo sostuvo: “No entiendo por qué tanto empeño en querer llevarlos al santuario de Brasil, teniendo en Colón, Entre Ríos, nuestro primer santuario argentino. (...) Nuestros elefantes deben seguir en nuestro país y no trasladarlos tantos kilómetros”.
En otra publicación insistió: “Me gustaría tener una información más fluida sobre ese santuario ya que tienen varios elefantes muertos (Pelusa, Ramba, Mery...) y recolectan donaciones que no están claras a dónde terminan”, expresó.
Acto seguido, denunció: “Basta de dibujar una fantasía que no es real y que están todos entongados”. En este sentido reconoció que está indignada porque en la Argentina está Tekove Mymba, un santuario de 1200 hectáreas.
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En la misma línea, el letrado cerró: “El santuario argentino no pide nada a cambio de recibir al elefante, pues lo único que persigue es el bienestar de los animales. A diferencia del brasilero, que ya lleva recaudado casi un millón de pesos”.
