En abril de 2012 Belu Lucius llegó a Instagram donde compartía viajes familiares, salidas con amigas y entrenamientos con el equipo de hockey. Con el tiempo, su perfil fue convirtiéndose en un espacio cargado de humor sobre cuestiones cotidianas y ella fue cobrando relevancia.
Con su carisma e histrionismo se transformó en una influencer y conquistó nuevos espacios, entre ellos el teatro. Sin embargo, su gran catapulta a la fama llegó el año pasado cuando fue una de las participantes de MasterChef Celebrity (Telefe).
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Niñez, bullying y superación
Belu creció en el barrio de Villa Urquiza. Desde chica se mostró como una nena inquieta y con intereses muy variados, por eso fuera del colegio realizó distintas actividades extracurriculares: zapateo americano, danza jazz, hockey y piano.
Sin embargo, en diversas oportunidades contó que su infancia no fue fácil porque por ser “grandota” sufrió bullying y discriminación. “Me decían de todo. Fue horrible pasar por esa situación”, recordó en una entrevista con Clarín. Pero destacó que pudo salir fortalecida de la experiencia gracias al amor y la contención de su familia.
Lejos de cualquier tipo de enojo o dolor, utilizó esa temática para muchos de sus videos de humor, pero también sabe ponerse seria y llamar a la reflexión.
De vendedora de autopartes a Boca
A los 17, cuando cursaba el último año de la secundaria, comenzó a trabajar en la fábrica de autopartes de su papá. Allí se desempeñó como cadete y administrativa, hasta que comenzaron a darle más responsabilidades.
Luego estudió Relaciones Públicas en la UADE y una después de recibirse trabajó en Boca Juniors. También hizo radio y organizó eventos, pero la inquietud que había manifestado desde chica la llevó a la actuación y llegó al teatro.
Sobre las tablas hizo la comedia El canasto y al año siguiente se animó al stand up junto a su hermana Emilia donde hicieron reír a miles de personas con Las Lucius.
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“Marchame una napo”: la verdad de la milanesa
Cada jueves después de los entrenamientos, Belu y su grupo de amigas iba a comer a un restaurante en el que la especialidad eran las milanesas a la napolitana. “Marchame una Napo”, era la frase que los mozos repetían cada vez que llegaban.
Esa fue la inspiración para que el plantel escribiera “la verdad de la milanesa” del ambiente del rugby y el hockey. Así fue como en el 2013 incursionó en Twitter con “Marchame Una Napo”, un perfil cargado de humor que cobró gran popularidad entre los adeptos a los deportes.
Allí le dio vida a “Mabel”, un personaje que más tarde llegó a la radio Minuto Ochenta y más tarde participó en ESPN redes.
Su familia, Javier y los hijos
Belu conoció a su marido Javier Ortega Desio en un boliche. Pero como aclaró en una entrevista con Infobae, en ese entonces él no era un reconocido jugador de rugby y ella no era @belulucius.
Cuando comenzó a hacerse conocida en redes, sus papás y su hermana se sumaron a la aventura. Sin embargo, reconoció que al principio cuando la gente comenzó a pedirle fotos en la playa de Necochea -donde vacaciona desde chica- le resultó muy extraño.
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La relación con Javier marchaba viento en popa. Tal es así que en el 2015 lo acompañó a Inglaterra donde se disputó el mundial de rugby. Al igual que su familia, el deportista comenzó a cobrar mayor popularidad en las redes. En noviembre de 2017 pasaron por el altar y hoy tienen dos hijos: Bautista y Benjamín.
Su camino hacia la TV
Desde sus comienzos, Lucius fue su propia productora. Ideaba, guionaba, grababa y editaba sus contenidos. Con la premisa de extender lo que hacía en redes, se lanzó al teatro.
Además desarrolló un costado emprendedor: hace un par de años, junto a Javier, lanzó su foodtruck de yogures helados y recientemente en sus redes contó que están reactivando la firma. Además creó Lucius Store, una plataforma de venta online, donde cada miembro de la familia tiene su sección; y recientemente le reveló a Forbes que tiene un proyecto textil para hacer pijamas para chicos.
El año pasado le ofrecieron participar de MasterChef Celebrity y aceptó. Con una muy buena performance llegó a las semifinales. Allí alcanzó su máxima popularidad y hoy es una de las panelistas de Verónica Lozano.
