Esta semana Cecilia Bolocco le abrió las puertas de su casa a un reconocido medio chileno. Allí la conductora contó cómo transitó la enfermedad de su hijo Máximo Menem y de qué manera la marcó el hecho.
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A finales del 2018, el adolescente debió ser operado por un tumor en el cerebro. En diálogo con Martín Cárcamo para De tú a tú (Canal 13 Chile), la modelo explicó que todo comenzó con una serie de dolores de cabeza.
Si bien inicialmente los interpretó como algo emocional debido a que había sido un año difícil para su hijo, un primer síntoma la alerto. Ella se preparaba para ir a una sesión de fotos, cuando Máximo vomitó. Entonces fue a cumplir con su compromiso laboral, pero mandó al adolescente a la clínica con el chofer.
Mientras estaba en la sesión recibió un llamado urgente: “Le hicimos un escáner y no fue bueno”. Máximo tenía un un tumor cerebral.
Inmediatamente suspendió todo y se fue a la clínica. Cuando llegó lo vio tan asustado que cambió su postura a fin de transmitirle tranquilidad. “Llegó el día de la operación y esas fueron las ocho horas más largas de mi vida. Solo recuerdo que recé ocho horas de rodilla y pedí que lo acompañaran, lo cuidaran y que todo se hiciera con una mano divina”, reveló.
“Gracias a Dios todo salió bien y se recuperó muy rápido”, señaló. Sin embargo, un presentimiento no la dejaba tranquila: “A la semana me llamó el doctor y me dijo lo que tenía Maximo. No sabía que tenía tanta fuerza porque hice las preguntas más duras”. En esta línea detalló: “Las posibilidades de sobrevida, las secuelas y cada respuesta era más dramática que la otra”.
Aunque admitió que se quebró en distintos momentos, puso manos a la obra y averiguó por la mejor clínica y el mejor médico. Acto seguido se propuso disfrutar cada minuto con su hijo.
Máximo inició su recuperación, pero el pronóstico no era para nada alentador. “Lo más probable es que tuviera graves secuelas: problemas auditivos, motrices, que perdiera parte de la visión, trastornos hepáticos, cardíacos o renales”, recordó Bolocco que celebra que hoy su hijo no tiene nada.
Hacia el final de la entrevista Máximo apareció en escena donde contó que está muy bien y que trabaja en la plataforma digital en la fundación que creó su madre para ayudar a los niños con cáncer. “Siento que para mí fue una experiencia más de aprendizaje, de dolor. Quiero transmitir que estas cosas pasan por algo, y que con fe y alegría se puede salir adelante”, cerró.