En los ‘90 brilló en Clave de Sol y se convirtió en una de las actrices argentinas más populares. Vivió el vértigo de la consagración, pero supo poner el freno y marcar sus propios tiempos. Ahora reafirmó que lleva las riendas de su vida, al mostrarse con sus canas al natural. Mientras protagoniza una obra de teatro con Patricia Palmer en el Teatro Picadilly, Cecilia Dopazo participó del Ping Pong de TN Show.
Dio sus primeros pasos a fines de los ’80 en el ciclo televisivo Clave de Sol, tira juvenil que resultó un semillero de figuras que ganaron popularidad, prestigio y lograron continuidad en el tiempo. Los ‘90 la convirtieron en una de las actrices más populares y solicitadas. En televisión, participó de éxitos como Mi cuñado, Regalo del cielo o Atraverse, de Alejandro Doria. En la pantalla grande, protagonizó dos películas que le devolvieron a la industria cinematográfica local una repercusión extraordinaria: Tango Fero y Caballos Salvajes, ambas de Marcelo Piñeyro.
Semejante exposición la hizo replantear su rumbo y así fue como se animó a escribir, dirigir teatro y a debutar como coguionista en cine, junto a Juan Taratuto, en la película No sos vos, soy yo. Allí también fue productora y actriz. Pero, a diferencia de lo que había hecho antes, reguló sus apariciones, su vida y sus nuevos roles. Hacia 2010, sus deseos de volver más activamente a la actuación, la llevaron a la televisión con Todos contra Juan, Lo que el tiempo nos dejó o Graduados.
Por estos días, volvió a mostrar que es una mujer capaz de vivir de acuerdo a sus propias convicciones, cuando hizo del pelo canoso su nuevo look. Fue una decisión que tomó en cuarentena, después décadas de teñirse las canas que empezaron a aparecer desde sus 16 años. “No soy esclava de lo que se supone que debe ser”, dijo y trajo a la conversación popular la idea de permitirnos soltar los viejos paradigmas que rigieron la belleza femenina.
Este tiempo la reencontró en escena con Patricia Palmer, su madre en la ficción en Regalo del cielo, en la obra Radojka, una comedia con tintes de humor negro, con Paula Cabrero y que se puede ver en el Teatro Picadilly.
En la obra, se ponen en la piel de dos mujeres se ven forzadas a tomar una decisión difícil para mantener su única fuente laboral. Gloria y Lucía cuidan a Radojka, una señora serbia que pasó los 90 años y no habla una palabra de castellano. Su único familiar es un hijo, que está a miles de kilómetros. La historia comienza cuando Lucía llega a la casa de Radojka y se encuentra con una desolada Gloria que le da la peor noticia: la muerte de la anciana. Antes de subirse al escenario, Cecilia conversó con TN.com.ar.
Una película: Ema, la película con Gael García Bernal
Una serie: La Jauría, de Lucía Puenzo
Un libro: Poeta chileno de Alejandro Zambra
Un programa de TV: Sobredosis de TV, de C5N
Diario: Infobae
Radio: Radio Con Vos
Una red social: Instagram
Una comida: ceviche
Una bebida: cerveza
Un lugar en el mundo: mi casa
Un viaje pendiente: Grecia, Mikonos
Un gustito: comprar alguna cosa linda para mi casa
Un actor: Sean Penn
Una actriz: Susan Sarandon (cine) y Lorena Vega ( teatro)
Un Periodista: Reynaldo Sietecase
Un twittero: no conozco
Una banda: U2
Un ídolo: Nelson Mandela y Mahatma Gandhi
Un amigo o amiga: Verónica Elizalde y Natalia Grimberg
Un familiar: varios/varias
Una frase de cabecera: “todo: sí, todo, todo: no”
Una buena noticia: la vacuna contra el COVID-19
Un idioma: francés
Un insulto: demasiado vulgar para exponer
Un chiste: mmm... nunca me los acuerdo
Una predicción: no sé
Una canción: I will survive, de Gloria Gaynor
Una habilidad: saber leer la gestualidad de la gente y a partir de ahí saber qué le esta pasando
Un vicio: el chocolate
Un miedo: la posibilidad de una desgracia, infortunio o hecho triste
Una mentira: no
Una perdición: el chocolate, jaja
Un juego: el Scrabble
Una búsqueda: la armonía y equilibrio físico y emocional
Un TOC:
Un problema: recomiendo compartirlo con alguien. No atravesarlo solas/os
Una cuenta pendiente: hacer ejercicio y estudiar canto
Un sueño: vivir contenta la mayor parte del tiempo hasta que me muera. Nunca dejar de valorar lo que tengo. No darlo por sentado