La preparación para un rodaje duro, un clima extremo y una pérdida de peso excesiva. Estos tres factores le pasaron factura al actor George Clooney mientras dirigía y protagonizaba Cielo de medianoche, su más reciente aventura cinematográfica que se estrenará el 23 de diciembre. Y fue tan grave que lo obligó a internarse en un hospital, como él mismo contó ahora en una entrevista a un periódico del Reino Unido.
Unos terribles dolores abdominales afectaron al actor, de 59 años, apenas cuatro días antes de ponerse tanto delante como detrás de las cámaras para iniciar el rodaje de la película, que él mismo considera su mayor proyecto. Las molestias resultaron ser una pancreatitis, una inflamación del páncreas que puede llegar a ser de riesgo vital. Por eso fue a urgencias y pasó varios días en el hospital.
En Cielo de medianoche, Clooney interpreta a Augustine Lofthouse, un científico que sobrevive, en el Ártico, a una catástrofe global. Para meterse en el papel tuvo que perder mucho peso, alrededor de 13 kilos. Algo que, según cree, puede haber contribuido a la enfermedad. “Creo que me pasé intentando perder peso demasiado rápido y no me cuidé”, explicó en una entrevista con el diario The Mirror. “Me llevó unas semanas recuperarme, y como director no fue fácil, porque necesitás tener energía”, agregó, a punto del estreno del film. “Estábamos en un glaciar en Finlandia, lo que hacía que todo el trabajo fuera mucho más difícil. Pero claramente ayudó con el personaje. Esto es más grande que todo lo que hice hasta ahora y fue complicadísimo. Pero fue divertido”, opinó, ahora, tras haber pasado lo peor.
Ya en un plano más divertido, Clooney cuenta que entre los sacrificios físicos a los que tuvo que enfrentarse su personaje no solo estuvo el de perder peso, sino también el de dejarse la barba, algo que a las mujeres de su familia no les gustó especialmente. “Me dejé una gran barba muy fea y a mi hijo le encantaba porque intentaba esconder cosas en mi barba de las que yo no me enteraría hasta que me fuera al trabajo y era como: ‘Hay un chupetín escondido en mi barba’. Pero a mi mujer y a mi hija no les gustaba mucho, porque era difícil encontrar mi cara debajo de todo ese lío”, ríe, en referencia a su mujer, la abogada Amal Clooney, y a los mellizos que tienen en común, de tres años y medio.
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El actor dio la entrevista desde Los Ángeles, en California, donde se confinó con su familia hace 10 meses para pasar la pandemia y donde también pretende pasar las fiestas navideñas. “No nos hemos movido desde febrero”, explica. Eligieron esa ciudad porque “es fácil, no llueve ni nieva, es más sencillo salir a pasear”. “Los laboratorios hicieron un trabajo increíble, ya casi lo hemos logrado, así que sería una estupidez estropearlo. Nos quedamos y pasaremos las fiestas aquí”, detalló, en referencia a la pandemia.
El intérprete afirmó que en estos meses volvió a hacer todo lo que hacía cuando era “un soltero arruinado”: “Lavé los platos, limpié los pisos, pinté mi casa entera por dentro y por fuera. Somos solo los cuatro y vuelvo a hacerlo todo”. Para él, su familia se convirtió en su absoluta prioridad y en lo que le hace feliz, tras seis años casado con Amal. ”No hay nada más divertido que sentarse por la mañana con los nenes, cantar en italiano y hacerles el desayuno. Escogí bien cuando escogí a Amal. Los dos, cenando juntos cada noche, nunca nos quedamos sin conversación. No podríamos ser más felices con nuestras vidas ni podríamos sentirnos más afortunados”.