Tras la muerte de Diego Maradona, el 25 de noviembre, la revista Caras eligió para su última tapa a Claudia Villafañe, la mujer que compartió varios años junto al astro mundial y que además tuvo dos hijas con él. “Quiero que mis nietos lo recuerden como el Babu”, fue el supuesto textual de la empresaria que eligieron para titular, y su familia no tardó en poner el grito en el cielo. Dalma Maradona explotó en Twitter y aclaró que su madre jamás le dio una entrevista al semanario, por lo que sus declaraciones habían sido inventadas.
“¡Otra de las tantas jugadas asquerosas de la revista Caras! ¡Hacen una tapa con mi mamá cuando ella jamás habló y menos les dio una nota! ¿Qué pasa con las notas inventadas? ¡Un poquito de respeto!”, disparó indignada. Horas después del escándalo y ante la gran repercusión que tuvo en las redes sociales, desde Caras dieron su versión, y se mostraron convencidos de que el trabajo no tiene falacias.
Héctor Maugeri, el vicedirector de la revista, fue el encargado de hacer un descargo, donde justificó la frase de la exesposa del Diez. “Le pedí una declaración para sostener una nota de tapa en la que se repasaría su historia de amor junto a Diego y su presencia como sostén y motor afectivo para sus hijas Dalma y Gianinna, y sus nietos. Luego de mis audios traté de guiarla acerca del contenido de la frase de tapa. Siempre la escuché hablar de su amor como abuela y su devoción por sus nietos. Entendí que una frase referida al recuerdo de Diego como abuelo, sería graficarlo desde el lugar más humano. Entonces le sugerí: ‘QUIERO QUE MIS NIETOS LO RECUERDEN COMO UN HOMBRE QUE CUMPLIÓ SUS SUEÑO’”, comenzó diciendo.
Y agregó: “Claudia de manera respetuosa me escribió a mi WhatsApp que no lo definiría de esa manera porque no era su vocabulario. Frente a mi insistencia, definió al recuerdo de Diego como abuelo como EL BABU. (Una expresión que desconocía pero me llenó de emoción y ternura). Eso es todo. Se utilizó una foto de archivo para sostener una nota que está escrita con cariño, respeto, honrando la memoria de Diego y su fortaleza como mujer, madre y abuela. Jamás desde la dirección de la Revista Caras hubo una intención que no fuera ser respetuosa a la memoria de Diego y a la de su familia, especialmente a Claudia, con quien me unió siempre una empatía que trascendió lo meramente periodístico”.
Esta no es la primera vez que Caras recibe críticas por sus publicaciones. En 2016, Lourdes Sánchez hizo una producción de fotos embarazada de su primer hijo, Valentín, pero en la tapa le borraron la pollera. Ella se encargó de mostrar, a través de una imagen, que todo el tiempo había estado vestida.
En julio del año pasado, Delfina Chaves se enojó porque los editores del semanario lanzaron una tirada con ella como figura, y escribieron: “A los 23 años vive sola, hace terapia y no tiene pareja. Asegura que tuvo una infancia difícil y que ella misma es su máxima obsesión”. Sin embargo, a través de Instagram se encargó de aclarar que jamás habló con ellos.
“Gracias revista Caras por el espacio... pero yo no hice esa nota, y no me hago cargo de las cosas que dicen que dije. Y que, por supuesto, son sacadas de contexto”, escribió.
En 2013, había sido su hermana Paula quien enfureció porque pusieron en tapa una foto de su hija recién nacida, Olivia. “¡¡¡Lo bueno es saber que no voy a tener que hacer más nada por compromiso con ciertas revistas que tienen cero códigos!!!”. tuiteó enojadísima.
La polémica más reciente y que trascendió las fronteras es la que involucró a la princesa Amalia, la hija de Máxima de Holanda, donde pusieron que lucía con orgullo su look “plus size”. “¿Qué es ‘un look Plus Size’? ¿El nuevo eufemismo para decir ‘gorda’? ¿Por qué se usa como una categoría estigmatizante? ¿Desde cuándo dejamos que nos nombren por el talle que usamos? ¿No es bullying señalar en la tapa de una revista el cuerpo de una adolescente indicando que ‘se sale de la norma’ porque es ‘plus size’? Estas tapas normalizan el juicio sobre el cuerpo de la adolescente y de todas las mujeres, es una crítica hacia esa persona por ser como es, y en ella a todas las que no seamos delgadas”, se quejó Carla Peterson.
El escándalo fue tan grande que llegó hasta los medios holandeses y los responsables tuvieron que dar explicaciones. “La nota de tapa del último número de Caras generó una polémica nacional. Lo que se inició en las redes, fue TT y rindió para el minuto a minuto de la televisión, provocó la controversia menos deseada por nuestra publicación. Y creemos que puede ser la oportunidad para generar un saludable espacio para la reflexión”, comentó Liliana Castaño, directora de la revista.
Y también agregó: “Vivimos un tiempo de deconstrucción de estereotipos. Los medios también somos espejos de la sociedad. Y de los cambios que están transformando al mundo. Todos estamos aprendiendo, los medios también. Reconocemos nuestra responsabilidad en esa deconstrucción y sentimos que somos parte de ella. Entendemos que aún sin mala intención cometimos un error. El mundo del entretenimiento, el de las celebridades al que pertenece CARAS ha estado marcado por formas y estereotipos que en este momento atraviesan una constante revisión, y en ese contexto deberemos profundizar y desarrollar una sensibilidad mayor frente a la violencia de género, la estigmatización y todo lo que nos esclaviza a formatos que hoy deseamos desterrar”.
Por último, se sinceró: “Entendimos lo que significó. Recibimos muchas críticas interesantes, constructivas, superadoras y nutritivas. Escuchamos a todos y estoy agradecida por la oportunidad de aprendizaje que nos plantea la reflexión. Será una situación aliada para CARAS para generar el debate que plantea esta transformación permanente y encarar procesos de capacitación con mirada inclusiva que nos permitan trabajar con mayor excelencia. Ofrezco mis más sinceras disculpas a todos los que se hayan sentido agraviados”.