Mora Godoy tomó una decisión que lamenta con todo su corazón y que la tiene devastada. Tras 10 meses de inactividad por la pandemia de coronavirus, deberá cerrar su escuela de danzas. Aunque en los últimos años no le estaba yendo muy bien, el aislamiento empeoró todo y ahora remata su vestuario para poder obtener algo de dinero.
Esto es un golpe durísimo para ella, ya que pasó 20 años de su vida en el lugar. “Acá viví un montón de cosas. Es mi lugar de ensayo, de creación. Está todo el vestuario de mi carrera. Es muy duro y difícil. Pero para poder seguir adelante tengo que desprenderme de él y rematar gran parte del vestuario que sé que muchos bailarines lo pueden necesitar”, dijo angustiada en el ciclo Informados de todo.
La bailarina de tango más destacada del país reconoció que las clases grupales las suspendió hace mucho porquera difícil sostenerlas. Sin embargo, se dedicó a dar shows internacionales, y llevaron varias obras por el mundo. “Dábamos clases privadas y obviamente no tuvimos ningún tipo de respuesta. Yo creo que hay funcionarios que funcionan bien y otros que no tienen sensibilidad y no están escuchando a los que más necesitan”, agregó sobre la gran crisis económica que afectó a varios rubros.
Godoy también aseguró que no recibió ningún tipo de ayuda, y que su actividad quedó afuera de cualquier ayuda económica prevista por el Estado Nacional: “Nosotros no entramos en el ATP, en el IFE, no entramos en los subsidios. Turismo tuvo miles y miles de millones. Nosotros somos turismo porque vienen turistas. Hay muchos que pertenecemos a turismo y cultura pero no fuimos escuchados”.
A pesar de tener que desprenderse de su tesoro más preciado, Mora afirmó que continúa apoyando al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner: “Yo voté y apoyo absolutamente al gobierno. Hay cosas que se pueden mejorar y cambiar pero hay que apelar a la sensibilidad. Y a los que menos tienen y necesitan. Se ha repartido en turismo subsidios a gente que tuvo ingresos en dólares el año pasado. No corresponde”.
Otras famosas en la misma situación
Laura Fidalgo fue una de las bailarinas que también debió cerrar las ocho escuelas que tenía a cargo. Las deudas la invadieron y hasta tuvo que vender su auto para obtener algo de efectivo. En septiembre, durante una nota con Intrusos, había pedido protocolos para volver a la actividad. “Que me lo den y yo lo cumplo a rajatabla”, exigió.
Algo similar les pasó a las hermanas Escudero, que en junio, luego de tres meses sin actividad, debieron cerrar su estudio de danzas. “Poquitísima gente toma clases en enero y febrero. En marzo se vuelve a respirar un poco, pero pasó todo todo esto. Sin poder trabajar, no hay manera de poder sostener nada. Es triste. Muy triste. Este fue un sueño para Silvina y para mí durante muchos años hasta que lo pudimos concretar. Y hacia cinco que estábamos al frente de este estudio de danzas que a nosotras nos llevaba mucho tiempo, mucha dedicación. Pero lo amábamos. Esperemos que esto termine pronto y que ojalá el día de mañana podamos volver a abrirlo”, expresó Vanina en diálogo con Teleshow.