Hace un año que el príncipe Andrés, tercer hijo de Isabel II y octavo en la línea de sucesión al trono tras el príncipe Carlos y sus hijos y nietos, caía en desgracia y se convertía en un paria para la familia real británica. Tuvo que dejar de lado sus fundaciones y actividades en el seno de los Windsor. Un año después de su retirada pública, de aquella famosa entrevista en la BBC desde el palacio de Buckingham donde se mostró más opaco que claro y donde trató de alejarse, sin conseguirlo, de su amigo, el pedófilo Jeffrey Epstein, que se había suicidado en la cárcel en agosto de 2019, el príncipe sigue huyendo de la justicia estadounidense con la que se comprometió a colaborar.
Así lo pone de relieve ahora la abogada que representa a seis de las víctimas de los ataques sexuales de Epstein, Lisa Bloom, que le pidió en su momento que declarara y ahora vuelve a exigírselo de forma rotunda. Bloom interpela ahora al príncipe Andrés para que colabore con el FBI en la investigación, algo que se convierte en algo aún más importante por la futura declaración de Ghislaine Maxwell, considerada la madame de Epstein, que fue detenida en julio y que en 2021 será interrogada en un juicio.
// El príncipe Andrés cerró su página web, acorralado por el caso de Jeffrey Epstein
“Es intolerable que haya pasado un año desde que el príncipe Andrés prometiera de forma pública cooperar con las fuerzas del orden que investigan a todas aquellas cientos de mujeres y niñas que sufrieron las agresiones sexuales de Jeffrey Epstein”, se lamentó públicamente Lisa Bloom, como expone el diario Daily Mail. “No ha mantenido su promesa, sencillamente. Mientras tanto, las seis víctimas a las que represento están luchando por intentar arreglar su vida”, clama Bloom. “Le imploramos al príncipe Andrés que conceda una entrevista con los inspectores del FBI que están llevando la investigación de Ghislaine Maxwell y de otros conspiradores acusados, que cuente lo que sabe, que muestre documentos y pruebas, y que instruya a su personal a que haga lo mismo”, argumenta Bloom, que afirma: “Nunca es demasiado tarde para hacer lo correcto”.
En aquella entrevista de la BBC en noviembre de 2019 el duque de York explicó que nunca había sospechado de las actividades delictivas de su amigo e intentó hacer ver que colaboraría con la justicia. Aquello nunca sucedió. De hecho, la policía del Reino Unido reiteró entonces su posición de que no se lo investigaría en su país. Además, confirmó que casi cinco años atrás, en julio de 2015 recibió una denuncia por delitos “no recientes” contra Epstein y una mujer británica, pero considera que el caso está “principalmente centrado en actividades y relaciones fuera del Reino Unido”.
En enero se supo que el príncipe estaba ofreciendo una nula ayuda a la investigación del caso, pese a que tanto el FBI como la fiscalía de Nueva York habían pedido interrogarlo. Entonces, el fiscal del distrito sur de Nueva York, Geoffrey Berman afirmó que “hasta ese momento” el príncipe Andrés había suministrado cero cooperación”, como anunció en una conferencia de prensa que ofreció frente a la mansión de Epstein en el Upper East Side, una de las más lujosas y grandes de todo Manhattan. Según confirmó entonces Berman, el FBI había intentado entrevistar al príncipe Andrés en conexión con la investigación sobre las actividades y muerte de Epstein, pero él se negó, aunque desde el palacio de Buckingham no realizaron comentarios sobre tal extremo.
// El príncipe Andrés deberá declarar por los delitos sexuales de Jeffrey Epstein
Además, en junio, The Sun dio a conocer que el departamento de Justicia estadounidense le había enviado al Ministerio del Interior del Reino Unido una petición de Asistencia Legal Mutua (una llamada MLA, en sus siglas en inglés) para forzar la colaboración del hijo de Isabel II en la investigación sobre Epstein. Esa MLA se considera un paso intermedio entre la normal cooperación policial y la solicitud de extradición. Si llegara a salir adelante eso podría suponer que Andrés compareciera ante un tribunal británico y que tuviera que responder a la fiscalía, pero por el momento no ocurrió.
Entonces, el equipo de abogados del octavo en la línea de sucesión al trono aseguró que llegó a ofrecer “hasta tres veces” cooperación con las autoridades estadounidenses. “Desgraciadamente, el Departamento de Justicia respondió a las dos primeras ofertas saltándose sus propias reglas de confidencialidad y asegurando que el duque había aportado ‘cero cooperación”, decía el texto, en referencia a aquella comparecencia del fiscal Berman. “Al hacer eso, daban la impresión de buscar publicidad en vez de aceptar la ayuda ofrecida”, aseguraban. Con esas palabras, los abogados no llegaban a especificar si la comunicación con el fiscal de los Estados Unidos fue un simple un formalismo para evadir los problemas o si el duque de York estaba realmente dispuesto a facilitar el avance de la investigación, algo que no parece que vaya a suceder.