“Hubo momentos en que pensamos que no la acabaríamos”. Quien se lamenta, con cierta felicidad tras pasar el trago, es Carlos Benito, responsable de producción de The Mediapro Studio, y se refiere al rodaje de Competencia oficial, una de las películas que empezaron a filmarse en febrero, en concreto el 26, y cuya producción tuvo que detenerse el 12 de marzo, justo antes de la declaración del estado de alarma en España. Competencia oficial no es un largometraje más: dirigido por los argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn —responsables de El hombre de al lado y de El ciudadano ilustre—, en su reparto estaban Antonio Banderas, Penélope Cruz (pareja que no había coincidido en pantalla más que en una secuencia de Los amantes pasajeros) y Oscar Martínez, el Nobel de El ciudadano ilustre.
De repente, aquella historia de egos revueltos con el estilo ácido característico de Duprat y Cohn se quedó en el aire. El 17 de septiembre Mediapro devolvió al equipo a filmar a El Escorial, y el pasado 8 de octubre finalizó su rodaje tras pasar por distintas localizaciones de la Comunidad de Madrid. “Ahora bien, hemos cumplido escrupulosamente todo el protocolo sanitario para que el COVID-19 no alterara nuestro trabajo”, subraya Judit Sala, técnica en prevención de riesgos laborales y encargada en la productora de las medidas que rodearon un rodaje de los considerados importantes.
Benito explica que antes de que llegara la declaración de pandemia la productora ya creó un comité COVID para controlar la información y las medidas. “Las distintas unidades de negocio siguen las recomendaciones del equipo de Sala y del hospital Clínic de Barcelona. A mitad de febrero fuimos creando protocolos sin intuir la gravedad de la enfermedad, y hemos seguido trabajando, aun sin rodajes, durante el confinamiento”. Benito y Sala cuentan que al principio, “un poco como le pasó a todo el país”, fueron aplicando todo tipo de medidas.
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“Por ejemplo, nos llegamos a plantear encerrar a todo el equipo en un hotel o viajar a Canarias. O, también, nebulizábamos antes y después de filmar todos los espacios que ocupábamos, un proceso que necesitaba cuatro horas, hasta que nos confirmaron que era matar moscas a cañonazos. En realidad, lo que funciona es el encapsulamiento de los rodajes”, cuenta el director de producción. “Además, claro, de tomas de temperatura, vigilancia rigurosa de las órdenes por técnicos de prevención, higiene y limpieza, mascarillas constantes y homologadas, distancia social, equipos individuales de maquillaje, peluquería y vestuario para cada actor, entradas y salidas distintas al rodaje de cada burbuja. Y ventilar mucho, como ahora aconsejan a los colegios, y rastrear. Los diversos positivos que se han dado en los distintos rodajes de cine y televisión no han afectado a los equipos, no se han propagado en el trabajo”, remata Sala.
El presupuesto de Competencia oficial aumentó un 20% por las medidas sanitarias. En el mismo porcentaje creció el tiempo de trabajo de cada jornada, ya que el día a día se ralentizó con la prevención. “Hicimos 600 test PCR al equipo —cada persona pasó al menos uno por semana— y solo hubo un positivo, que gracias al rastreo confirmamos que no había tenido contacto estrecho en el rodaje. Y concienciamos a todos los trabajadores para que extremaran su cuidado en sus vueltas a casa”, cuenta Sala. “No todos pasaban el mismo trámite: porque separamos en entradas y salidas de forma espacial y temporal a los técnicos, los actores principales y la figuración. No compartían lugares. A los protagonistas les encerramos en sus camerinos, y les rogamos que no tuvieran contacto próximo con otros compañeros”.
Porque mientras que los técnicos podían protegerse siempre, a los intérpretes en algún momento se les sacaba el tapabocas para rodar. “Y por eso ellos eran los más frágiles en el proceso”. Como Antonio Banderas, que anunció que estaba enfermo de coronavirus el mismo día de su cumpleaños, el 10 de agosto. “Todo, insisto, ha acabado bien. ¿Sabes cuál fue la mayor dificultad? La vuelta de los dos directores desde Argentina, país que también está sufriendo duramente la enfermedad. Eso sí nos retrasó”, comenta Benito. Martínez tiene el pasaporte comunitario, y con la visa laboral su traslado fue más rápido.
En Competencia oficial un empresario multimillonario, buscando prestigio social, decide producir una película para la Historia. Por eso, contrata a una famosa cineasta, Lola Cuevas (Penélope Cruz), y a dos reconocidos actores, de tanto talento como ego: la estrella de Hollywood Félix Rivero (Antonio Banderas) y el actor de teatro Iván Torres (Oscar Martínez). Ambos son leyendas, y se detestan. Junto al trío, en la película participaron José Luis Gómez, Irene Escolar, Manolo Solo, Pilar Castro, Nagore Aranburu y Melina Matthews. “Llevábamos años detrás del proyecto”, recuerda Oscar Martínez.
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“Hace unos años vine a España a rematar unas tomas de Toc toc, y una noche, tras un homenaje a Pilar Bardem su hijo Javier me pidió si me podía sentar a hablar con Penélope de cómo eran Gastón y Mariano. Si alguien ha impulsado la película, ha sido ella”. Sobre su trabajo en pleno COVID, no tiene dudas: “No ha cambiado la interpretación. El desafío al final fue acabarlo. O recuperar un personaje que se queda en el limbo seis meses. Y por supuesto, pasé días pensando en que no recuperaríamos un rodaje centrado en el quehacer de las patologías y las miserias de nosotros, los actores. Fuera de eso ha sido una experiencia extraña, yo pasé seis PCR”. El actor recuerda que en realidad lleva desde que viajó a España en febrero todo este tiempo sin ver a sus hijos y a su nieto. “Como le ha pasado a muchos, ha sido complicado. Y ahora me voy a quedar en España más tiempo. Te duele la familia”.
Gastón Duprat y Mariano Cohn responden a pocas horas de volver a la Argentina. Duprat insiste en que “la calidad de la película es independiente de la pandemia”. Y Cohn cree que fue peor “el tiempo de parada, aunque a cambio ayudó a revisar lo rodado”. El 12 de marzo llevaban justo la mitad del rodaje. “Como directores, nunca habíamos tenido ese tiempo de reflexión. Eso que ganamos. ¿Mascarillas y protocolos? No han molestado”, aseguran. ¿Y si no se hubiera podido reunir otra vez el equipo de Competencia oficial? “Pues no había mucho arreglo”, confiesa Benito. “Ninguna compañía de seguros cubría una pandemia. Ahora veremos”.