Hay veces en que la separación de los padres es una opción inevitable y necesaria para el bienestar de la familia. En estos casos, los chicos son quienes suelen padecer las mayores alteraciones en su vida cotidiana. Los padres ya no viven juntos, muchas costumbres cambian, incluso pueden empezar a convivir con las nuevas parejas de sus progenitores. Y muchas veces, aunque no haya una verdadera intención, estos chicos quedan en el medio de estas situaciones. Y las fiestas vienen a remover todo esto. La Navidad es uno de esos momentos delicados que habrá que manejar con tacto, sobre todo la primera vez.
Los expertos aconsejan para estas fechas que no es bueno improvisar, los padres tienen que tomar las decisiones y planificar con tiempo lo que harán, evitando cambiar los planes, para que los niños estén informados y sepan qué va a ocurrir. Eso los ayuda a tener sensación de control, antídoto de la ansiedad. Además, en la medida en que su edad lo permita, es beneficioso también que participen activamente en la toma de decisiones respecto a estas actividades.
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“Lo que hay que hacer es ponerse de acuerdo pacíficamente y en armonía sobre qué hacer en las fiestas. Una de las sugerencias es ver quién tiene un mejor plan en cada fecha con relación a cómo lo pasan los chicos”, apunta la psicóloga Marisa Russomando (M.N. 23.189), especialista en maternidad, crianza y familia.
Aun así, es comprensible que los chicos se sientan tristes o que surjan otro tipo de sentimientos que se tendrán que comprender y apoyar.
“En mi caso, hace seis años que estoy divorciada y mi hijo de 12 tiene naturalizada la situación. Cada año hablamos antes con el papá y se prioriza dónde la pasará mejor. Siempre elijo que esté conmigo en las Navidades que es cuando la paso con mis padres y hermanos, es decir, sus abuelos y tíos. Año Nuevo la paso con la familia de mi nueva pareja, así que esa fecha, prefiero que vaya con el papá y por suerte, siempre estamos de acuerdo”, plantea Raquel.
Errores frecuentes de los padres separados durante las Fiestas
Uno de los errores habituales de los padres separados, no solo durante las navidades, es colmarlos de regalos para que se sientan mejor y no noten tanto la ausencia de uno de sus padres. Sin embargo, no es lo que los chicos necesitan.
“Otra cosa que no hay que hacer es seguir pautas rígidas de visitas, preguntarles a ellos qué quieren hacer... eso los pone en un lugar demasiado grande, les puede generar culpa por la mamá o papá que no eligieron. Tampoco es bueno ponerse a tironear por ellos o competir a ver quién tiene el mejor plan”, señala la psicóloga.
La comunicación fluida con la expareja es crucial. “Los chicos necesitan estar en un ambiente de armonía, pasarla lo mejor posible y estar tranquilos con los acuerdos que hacen su mamá y su papá”, resume Russomando.