El testimonio del barra brava Ramiro Bustamante sacudió esta semana la causa que investiga el tráfico de efedrina: el hombre de Quilmes confesó que rechazó una oferta para matar al condenado por el triple crimen Martín Lanatta.
Bustamante se presentó días atrás ante la jueza María Servini de Cubría, que investiga también el triple crimen de General Rodríguez. Fue citado porque Martín Lanatta había dicho previamente que Aníbal Fernández había contactado gente suya para eliminarlo en la cárcel años atrás.
Bustamante, actualmente preso en el módulo 3 de Ezeiza, dijo que Osvaldo Becerra, exjefe de la barra brava de Quilmes, y Marcelo Mallo, de Hinchadas Unidas Argentinas, le hicieron el ofrecimiento para matar a Lanatta. Según detalló, fue en una reunión en 2009 o 2010 en la casa de Mayo en Quilmes aunque él lo rechazó, tal cual declaró.
“Yo voy de chiquito a la cancha, a Aníbal lo conozco de chiquito”, explicó el detenido. Dijo que tenía negocios en la cancha de Quilmes, como ser el bar y buffet, y que siempre estaba en contacto con el exjefe de gabinete. “Al tiempo Aníbal me ordenó de nuevo hacer una reunión con Marcelo Mallo porque querían hacer algo de las pintadas” en referencia a propaganda política.
También refirió tener contactos con Andrés Meiszner aunque por cuestiones políticas luego se alejó de éste. Por ello, dijo que como consecuencia Marcelo Mayo “le movió una causa” que tenía por robo y terminó preso.
Dijo que su familia pidió a Aníbal “una mano” para obtener algún beneficio, y que luego cumplió arresto domiciliario. Durante su testimonio, falto de precisión, aportó otros nombres y hasta el número de radio por el cual se había comunicado en varias oportunidades con Aníbal Fernández.
“A mí nadie me protege, mi casa me la tirotearon toda, me hicieron causas”, se quejó ante la jueza. Por último, sobre el Triple crimen de General Rodríguez agregó: “lo único que sé es que en Quilmes se comenta que fue la mafia de Aníbal”.