Juan Carlos Gemignani había sido denunciado por un maltrato ocurrido en julio de 2016 hacia la prosecretaria de la Sala I María Elena Expucci. Por ese entonces el presidente de la Cámara de la Federal de Casación penal -que luego dejó su cargo ejecutivo- necesitaba una sala para realizar una videoconferencia y le pidió a Expucci que habilitara un sitio para hacerlo. El salón en cuestión estaba lleno de cajas y el magistrado le pidió que hiciera un inventario de todo el material y luego lo sacara. La mujer se negó y dijo que antes debía consultar a los otros integrantes del tribunal, por lo que el magistrado ordenó su detención.
Después de analizar su caso, el Consejo de la Magistratura aprobó una sanción económica del 35% de su sueldo por única vez, confirmaron fuentes del organismo a TN.com.ar, en una medida votada por unanimidad en un plenario del órgano. Gemignani fue acusado de "falta de consideración y debido respeto a magistrados, funcionarios y empleados judiciales", "actos ofensivos al decoro de la función judicial, el respeto a las instituciones democráticas y los derechos humanos", y "violencia de género".
Gemignani había renunciado a la presidencia del máximo tribunal penal del país a fines del mes pasado, tras un plenario del tribunal en el que se le aceptó la dimisión al puesto, que asumió su par Carlos Mahiques. "Con el fin de contribuir al mejor funcionamiento de la Cámara Federal de Casación, he decidido declinar el cargo de Presidente de la misma, convencido que la trascendente misión jurisdiccional que se nos encomienda excede todo cargo", argumentó el camarista, acorralado por su situación.
La renuncia del juez a la presidencia del juzgado se produjo dos días después de que hiciera su descargo ante la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura, que hoy resolvió sancionarlo con una multa económica. En su presentación ante el organismo negó que hubiera habido una cuestión de género al afirmar que no realiza "diferencias de trato con funcionarios ni empleados con arreglo al género". En su descargo dijo que hubiera actuado de la misma manera "si la Secretaría de feria hubiera estado a cargo de un hombre".
Argumentó que ordenó la detención de la empleada judicial ante su negativa de inventariar un equipamiento que presumiblemente podía convertirse en prueba de "un ilícito de extrema gravedad" cometido en el ámbito del ex Ministerio de Planificación Federal, a cargo de Julio De Vido.
// El juez que hizo detener a una secretaria sugirió que las cajas eran dádivas de De Vido
"Cuando procedí como se me atribuye, lo hice convencido de encontrarme frente a un ilícito de extrema gravedad, y cuya acreditación me resultaba imperativa, esto es, la ilegal existencia de material remitido por el Ministerio de Planificación (...) a la Cámara Federal de Casación, material cuya existencia significaba la posible comisión de los delitos de cohecho y/o el delito de dádivas", argumentó.
A su vez, indicó que "bajo ningún punto de vista pueden ser interpretadas como excesos o abusos funcionales" las advertencias que subrayó que les hizo "a los empleados y funcionarios, tanto hombres como mujeres, presentes en el marco de la actuación". "Justamente la circunstancia de que entre los destinatarios de mi advertencia hubiera tanto mujeres como hombres da por tierra definitivamente cualquier atisbo de interpretar mi conducta con la Dra. Expucci como expresión de injustificada supremacía de género", afirmó en ese momento.