El juez federal Sebastián Casanello procesó el miércoles al exministro de Planificación Federal, Julio De Vido, por cobrar coimas de Odebrecht para la construcción de una planta potabilizadora de agua y otra de tratamiento de líquidos cloacales de Agua y Saneamientos Argentinos (AYSA), a los empresarios Carlos Wagner, Aldo Roggio y Tito Biagini y al lobbista Jorge Rodríguez.
El magistrado descubrió que Odebrecht giró los sobornos hacia Sabrimol, una firma uruguaya atribuida a "Corcho" Rodríguez, y desde ahí a AYSA, y por eso también procesó a los directivos de la empresa pero en calidad de partícipes secundarios por organizar la estructura jurídica, contable y financiera de lo que no era otra cosa que una "caja negra" de las coimas, según publicó Clarín.
Casanello fue por más en su resolución: no solo embargó por $500 millones a cada uno de los involucrados sino que por intermedio de Cancillería solicitó la extradición de los ejecutivos brasileños de Odebrecht y Cartellone.
Durante su confesión en Brasil, el dueño de Odebrecht, Marcelo Odebrecht, reconoció que pagó sobornos en casi todos los países donde su constructora obtuvo licitaciones: en la Argentina fueron al menos u$s35 millones entre 2008 y 2015. Siempre estuvieron en la mira de la Justicia de la Argentina los dos contratos de la brasileña en alianza con empresas locales por las plantas de AYSA.
Para eso, Odebrecht, a través de cinco compañías creadas para pagar las "operaciones estructuras", es decir las coimas, le giró a Sabrimol u$s10.210.374 y €684.283 entre octubre de 2011 y septiembre de 2014. El juez Casanello procesó a Rodríguez porque esos millones pasaron por la offshore que armó en Uruguay.
