La causa de los cuadernos de las coimas empieza a tener derivaciones explosivas: primero, comenzaron a arrepentirse los empresarios que dijeron haber accedido a hacer pagos; el martes, lo hizo un funcionario y, ahora fueron descubiertos varios pendrives con información muy caliente sobre el destino de esos fondos.
Los empresarios vienen sosteniendo -en una estrategia que los beneficia para mostrarse como víctimas- que Baratta y otros funcionarios les exigían dinero para financiar las campañas políticas del kirchnerismo, porque de otra manera no le pagaban los certificados de obra que ellos necesitaban cobrar para continuar ejecutando las obras públicas.
Existe la sospecha de que buena parte del dinero exigido a los empresarios terminaba en los bolsillos de los propios funcionarios y eso explicaría parte del enriquecimiento que experimentaron.
Pero también parece cierto que parte de ese dinero fue usado para financiar las campañas y eso es lo que surgiría de los pendrives y computadoras secuestradas en un allanamiento realizado en un domicilio de Martín Larraburu, uno de los detenidos por el escándalo, que fue secretario del exfuncionario kirchnerista Juan Manuel Abal Medina.
Larraburu trabajó con Abal Medina en la Jefatura de Gabinete de la Presidencia y, también, en el Senado. Y varios de los autos usados para hacer las recolecciones, según los cuadernos que escribió Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta (segundo de Julio De Vido en Planificación) estaban inscriptos a nombre de la Jefatura de Gabinete.
En un domicilio de Larraburu los efectivos policiales que hicieron el allanamiento encontraron varios pendrives con la ruta del dinero de las coimas hacia sus destinatarios: allí aparecen los nombres de muchos candidatos muy destacados del FPV durante las últimas elecciones, cuánto recibió cada uno de ese dinero sucio y las fechas.
De esta manera, la causa que lleva Bonadio podría tener nuevos protagonistas que, a medida que se acerca la campaña de 2019, también podrían ser citados a desfilar por Comodoro Py.
