José López todavía no quiso declarar sobre el hecho que derivó en su escandalosa detención infraganti, los bolsos con millones de euros, dólares y pesos que revoleó en el convento de General Rodríguez. Pero a falta de sus palabras, la Justicia encontró en su lujosa casa de Tigre indicios que le permiten avanzar en el caso.
Las sospechas son que López sacó bruscamente una valija de un hueco de una habitación del primer piso, con tanta fuerza que sacó de lugar un foco de iluminación. Luego bajó rápidamente y dejó una gran cantidad de perchas desparramadas al pie de la escalera. Además no terminó de cenar en la noche del 3 de junio, ya que había restos de comida en los platos. El exsecretario de Obras Públicas K habría salido rápidamente de su casa luego de discutir con su esposa, Maria Amalia Díaz.
El juez federal Daniel Rafecas y la fiscal de Luján Alejandra Rodríguez recorrieron la lujosa vivienda de Dique Luján, en Tigre, pero no pudieron determinar si los millones que arrojó López en el convento habían estado escondidos en la propiedad. Aunque encontraron documentación que les permite avanzar sobre la hipótesis de que López era el verdadero dueño de la casa, que escondió en sus declaraciones juradas y que simulaba alquilarla.
En la casa había además una vieja palm con números de teléfono, dos iPhones y tres celulares Samsung en desuso. Al momento de su detención López tenía un iPhone 6 pero todavía no pudieron acceder a sus datos. También tenía un Huawei con mensajes de texto y videos familiares pero sin la aplicación WhatsApp.
LÓPEZ SIGUE SIN DECLARAR
El exfuncionario K se negó a hablar ante el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi en la causa por irregularidades en el programa "Sueños Compartidos". En su nuevo paso por los tribunales de Comodoro Py lo notificaron del procesamiento en su contra, el embargo y el rechazo a la excarcelación que había presentado su defensora Fernanda Herrera.
Fue el último acto de Herrera en el expediente, ya que López informó que sus nuevos defensores serán a partir de ahora Diego Martín Sánchez y Fernando Gabriel García.