Cristina Kirchner recibió muchísimos regalos mientras fue presidenta. Los vimos en vivo y en directo y por cadena nacional. Sin embargo, estos presentes no son de ella sino del país.
La ley de Ética Pública en el artículo 18 y el Código Penal en el artículo 259 establecen que un funcionario público no puede recibir regalos. Si son obsequios diplomáticos o de cortesía, deberían estar inventariados y pasar a ser patrimonio del Estado.
La lista de "atenciones" es larga y múltiple y hasta por momentos simpática. Un triciclo para su nieto Néstor Iván, joyas que le regaló el presidente de Bolivia Evo Morales, una computadora que llegó de uno de los empresarios más ricos del mundo, Carlos Slim; un gorro de piel cortesía del expresidente ruso Dmitri Medvédev y hasta un delicado pañuelo Hermés con el que la homenajeó el exmandatario francés Nicolas Sarkozy.
Según la ley, hasta el perro "Simón" que le regaló Hugo Chávez y los escarpines para el hijo de Máximo, atención del Papa Francisco, deberían haber quedado para todos los argentinos.
El periodista Nicolás Wiñazki explicó en Telenoche que el funcionario que recibe regalos y no los dona podría cometer el delito de dádivas.
